LO QUE HAY QUE VER

La discreción característica del Museo Diocesano de San Sebastián es, quizás, excesiva, aunque a veces se agradece en estos tiempos donde importa más el continente que el contenido. Éste es quizás uno de los museos más desconocidos de todos los del País Vasco si se tiene en cuenta la calidad de las piezas que se pueden encontrar en su interior. Aunque parece que con motivo de la celebración de su primer medio siglo, la diócesis de San Sebastián se va a volcar en la difusión de este espacio, donde se encuentra buena parte de su valioso patrimonio.Buen ejemplo de ello es el cuadro atribuido a El Greco, procedente de la parroquia de Leintz Gatzaga, enclave estratégico en el Camino Real que unía la frontera con la meseta. Muy cerca se puede contemplar una divertida imagen de San Francisco, que parece dispuesto a iniciar un paso de baile moderno, procedente de la iglesia de San Miguel de Oñati y atribuida a Pierre Picart, autor de la magnífica fachada de la Universidad de esta villa guipuzcoana.

También se pueden ver piezas, toscas y sencillas, pero de una belleza que sólo producen las manos de un buen artesano, como las esculturas de San Bartolomé, San Pablo y San Juan Bautista, todas ellas originarias de la ermita de San Sebastián de Urnieta, que debió de tener una relevancia señera en su tiempo, a tenor de las creaciones que albergaba. O ese Santiago ecuestre de la iglesia de Deba al que sólo le falta un caballo de verdad.

Y como buen museo cristiano, no podía faltar el apartado dedicado a la orfebrería, que refleja los esplendores de la Iglesia en sus buenos siglos. La pieza más antigua, del siglo XII, es un portapaz de metal que presenta a un Crucificado. La sencillez en estos objetos que acompañaban la liturgia irá desapareciendo con los siglos, como bien muestra la colección del museo que cuenta con custodias, cruces, cálices o copas de una finura exquisita.

Estos días, y durante tres meses, el visitante no se va a encontrar con la creación religiosa de los últimos cuatro siglos. Todas estas obras han sido retiradas ya que el próximo viernes se inaugura una exposición dedicada a celebrar los 50 años de la diócesis de San Sebastián, desde que en 1950 se separara de la de Vitoria.