El Gobierno acata el mandato del Supremo y rebaja algunas retenciones

1,1 millones de afectados

El Consejo de Ministros cumplió ayer el mandato del Tribunal Supremo que, en una sentencia del pasado mes de mayo, le obligó a modificar a la baja algunas retenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). En concreto, las que afectan a los asalariados que son miembros de familias monoparentales y a los que conviven con ascendientes. El real decreto aprobado ayer por el Gobierno modifica en este sentido algunos artículos del reglamento del IRPF.Las retenciones de estos dos colectivos -es decir, los descuentos que las empresas hacen en las nóminas a cuenta del IRPF que se liquida con Hacienda al año siguiente- serán inferiores a las que se les ha aplicado hasta ahora. La nueva retención tendrá carácter retroactivo desde enero; es decir, las empresas deberán compensar de aquí a final de año lo descontado de más en el ejercicio.

El Consejo de Ministros aprobó ayer el real decreto que modifica en este sentido el reglamento del IRPF como consecuencia de una sentencia del Supremo. Este tribunal, en su primer pronunciamiento acerca de la reforma del IRPF que entró en vigor en 1999, ha señalado que las retenciones practicadas a estos dos colectivos son incorrectas.

En el caso de las familias monoparentales con hijos a cargo de hasta 25 años, el problema es que el mínimo familiar descontado por el hijo era la mitad y el Supremo ha establecido que debe ser el total (entre 200.00 y 375.000 pesetas al año según el número de hijos y su edad).

También establece que el mínimo familiar por ascendientes debe computarse por la totalidad (100.000 pesetas) y no por la mitad. La rebaja de la retención se produce porque esas cantidades -además de los pagos por Seguridad Social y el mínimo personal- se descuentan del sueldo bruto a la hora de calcular el tipo de retención que se aplica. Si los descuentos son más altos, la retención es más baja.

Según cálculos de Hacienda, la rebaja de retenciones beneficia a 1,1 millones de contribuyentes de los 14 millones que declaran el IRPF. El coste para Hacienda, es decir, la cantidad que se dejará de ingresar por adelantado de aquí a final de año asciende a 35.000 millones de pesetas, en un cálculo que fuentes oficiales consideran muy prudente. Para los beneficiados, la medida no supone pagar menos por IRPF sino adelantar menos dinero a Hacienda. En consecuencia, su devolución el año que viene será más baja o su cuota positiva, más alta.En cuanto a las devoluciones del IRPF declarado en junio pasado, el secretario de Estado de Hacienda, Enrique Giménez-Reyna, aseguró ayer que a finales de este mes o principios del próximo se habrán efectuado todas las que han sido solicitadas y no plantean problemas. En total, las devoluciones superarán este año el billón de pesetas, pese a que uno de los propósitos de la reforma del IRPF era ajustarlas mejor a la factura final.