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El Ejecutivo serbio culpa de los altos precios a los cambios

En los últimos días, los sufridos y depauperados serbios han tenido que soportar otra vuelta de tuerca sobre sus vidas. Los precios de algunos productos básicos se han disparado con las medidas de liberalización adoptadas por el Gobierno. La leche, el pan y el transporte privado han subido de tal forma que para septiembre se espera una subida de la inflación con un porcentaje de dos cifras. Goran Pitic, un prestigioso economista, explicó ayer al enviado de EL PAÍS que las medidas de liberalización de precios tenían que haberse adoptado hace tiempo. No obstante, el Gobierno de Serbia las tomó ahora. Sin duda con la intención de cargarle el mochuelo a la Oposición Democrática de Serbia (DOS). El Gobierno de Serbia atribuye la inestabilidad a "actividades manipuladoras del tipo de cambio y ámbitos de interés, que han sido ocupados por la usurpación del poder en el servicio de pagos y en el Banco Nacional de Yugoslavia".

En el marco de renovación de los mandos considerados como corruptos de las empresas estatales, en el Banco de Belgrado se produjo ayer la expulsión de Borka Vucic, considerada como la banquera del régimen del derrotado Slobodan Milosevic y de su clan. La junta de accionistas del banco votó la destitución de Vucic. Ante la petición de Mladjen Dinkic, economista opositor a Milosevic, de que dimitiera por motivos morales, Vucic replicó: "No soy canalla ni ladrona. Yo no saqué dinero del país, sino que lo traje. En 38 años serví a varios Gobiernos y estoy dispuesta a servir también a éste, porque soy patriota". No le sirvió de nada. La pusieron de patas en la calle.

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