Portaceli lamenta que se judicialice el debate cultural y recalca que la obra recuperó los restos del teatro

El arquitecto Manuel Portaceli, que junto con su homólogo Giorgio Grassi, redactó el proyecto de restauración y rehabilitación del Teatro Romano de Sagunto y su entorno, expresó ayer su sensación de "tristeza" porque un debate sobre la cultura y el patrimonio haya sido finalmente resuelto en el ámbito jurídico, que dictamina sobre el cumplimiento de las normas.Portaceli recordó que las ruinas del Teatro Romano de Sagunto fueron objeto de distintas intervenciones, muchas de ellas sin criterio, a lo largo del siglo XIX y XX y se preguntó por el sentido de devolver los restos arqueológicos a su estado original. "¿Volver al origen qué quiere decir, intentar dejar las ruinas como estaban en 1970, en 1950 o en 1904?", prosiguió el arquitecto. "Las ruinas no eran vírgenes cuando se acometió el proyecto de restauración. La rehabilitación pretendió hacer visibles los restos reales del Teatro Romano de Sagunto que estaban ocultos bajo las numerosas intervenciones, algunas de ellas sin mucho criterio y centradas en las gradas, olvidando una parte fundamental como era la escena".

Para el arquitecto que trazó el proyecto de rehabilitación, "una de las obligaciones de la restauración es facilitar la lectura del monumento". Manuel Portaceli indicó que las catas realizadas en el monumento por parte de la Generalitat reflejarán la superposición de restos de las distintas intervenciones, muchas de las cuales se hicieron de cualquier modo".

Por su parte, el PSPV, que durante los gobiernos de Joan Lerma, y con Ciprià Ciscar como consejero de Cultura, proyectó y ejecutó la rehabilitación del Teatro Romano de Sagunto, destacó ayer que la sentencia del Supremo destaca el valor de la actuación cultural.

La portavoz socialista de cultura en las Cortes Valencianas, Trinidad Amorós, explicó ayer que su partido acata la sentencia y destacó que el fallo del Alto Tribunal asegura que el trabajo de reconstrucción realizado en el Teatro Romano de Sagunto es "plenamente defendible". Amorós argumentó que la sentencia pone de manifiesto que la actuación de rehabilitación tuvo como objetivo rescatar la historia y la presencia urbana del citado monumento. Varios de los dirigentes socialistas que en su día impulsaron el proyecto de rehabilitación se mostraron solidarios con la gestión realizada en el Teatro Romano pero eludieron pronunciarse públicamente sobre el contenido de la sentencia.

En la localidad de Sagunto, la sentencia del Supremo fue recibida con desazón por los interrogantes que abre una posible ejecución del fallo. Aunque la mayoría de los agentes sociales y políticos de Sagunto tienen opiniones diferentes sobre la intervención realizada en el Teatro Romano, la preocupación básica es que se complete la instalación y se den por finalizadas las obras. Una actuación que quedó incompleta tras la paralización dictaminada por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de 1993. Sagunto reclama que se complete la citada infraestructura y que se la dote de contenido para relanzar la imagen y la economía de la ciudad.