_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Viajo

Miércoles 27 de septiembre de 2000: sobre las once de la mañana viajo en un autobús de la línea 287, de Coslada a Vicálvaro, cuando a la altura del centro de salud Jaime Vera, en la avenida de España de Coslada, una pasajera advierte al conductor de que una mujer de avanzada edad, sentada a su lado, tiene aspecto de haber sufrido una indisposición repentina, lo que constatamos los viajeros que vamos en el autobús -estado de semiinconsciencia, palidez extrema, etcétera-.Ante la gravedad de la situación, y dado que el centro de salud citado se encuentra allí mismo, otra pasajera y yo misma nos acercamos a él para que un médico intervenga y determine qué hacer con esta señora.

Cuál es nuestra sorpresa cuando escuchamos a la celadora que nos atiende hablar con otra persona por teléfono instándola a una intervención médica y, ante la negativa al otro lado del auricular, es finalmente esta celadora, acompañada de una empleada de la limpieza y con el apoyo de una silla de ruedas, quienes se dirigen al autobús y entre todos sacamos a la señora del vehículo y en la citada silla es llevada hasta el centro de salud.

Entretanto, otra viajera ha telefoneado al 112, quienes, en un alarde de eficacia y rapidez, llaman a esta persona al cabo de un rato para pedirle datos tan interesantes como el nombre de la enferma, edad, etcétera, datos que debiera saber, porque normalmente, cuando se viaja en un transporte, cualquiera que sea, uno le va diciendo a los demás viajeros su nombre, los años que tiene, enfermedades que padece...

A mí es que todo esto me parece tan vergonzoso que, si no lo hubiera vivido y me lo contaran, me parecería mentira que en una ciudad importante del cinturón de Madrid, a las puertas de un centro hospitalario, un día laborable a media mañana, lleno de médicos, que no haya un solo médico que pueda dejar su consulta un momento para atender una situación de este tipo me parece una vergüenza para el colectivo médico, para la dirección del hospital en sí y para un sistema sanitario propio de una sociedad vacía de sentido humanitario.

Y, para finalizar, lo que ya es una afrenta para el sentido común es lo del llamado teléfono de urgencias 112.

¿Es tan importante la burocracia en estos casos? ¿Es más importante el nombre o la edad del enfermo que enviar a alguien de inmediato?

Habrá que seguir llamando en estas situaciones a las policías nacional o local, que por lo menos acuden rápidamente sin pedir la póliza o enviarnos a otra ventanilla.-

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_