La división del comercio impide un seguimiento masivo de la huelga contra los nuevos horarios

El paro en el comercio fue seguido ayer de forma masiva en Cataluña y Andalucía, apenas se notó en Madrid y tuvo una incidencia desigual en el resto de España. Los cuatro sindicatos convocantes (UGT, CC OO, USO y FETICO), así como la patronal del pequeño comercio Confederación Española de Comercio (CEC) cifraron el seguimiento en el 70%. La patronal de los grandes almacenes (Anged), la asociación de supermercados Asedas y el Gobierno lo calificaron de "irrelevante". El paro transcurrió apenas sin incidentes, aunque en Zaragoza hubo algunas cargas policiales con algunos heridos leves.

Mientras los sindicatos convocantes valoraban la jornada de paro como la prueba de que el pequeños comercio no quiere la liberalización de horarios, el ministro de Economía, Rodrigo Rato, decía ayer que la libertad de horarios se establece "en beneficio de los pequeños comerciantes" y reiteró que esta liberalización "es uno de los caminos para la creación de empleo".El paro general en el sector del comercio evidenció ayer una vez más la fragmentación de intereses entre el gran comercio y el pequeño comercio y la resistencia de este último a la libertad total de horarios. Sin embargo, el pequeño comercio también está dividido porque la patronal Cecoma de Madrid no apoyó el paro, así como tampoco las patronales valencianas. Incluso en Madrid, la patronal Copyme no apoyó el paro, lo que mereció las críticas sindicales que la calificaron de "entreguista".

El pasado 26 de junio, el Gobierno, dentro de un paquete de medidas liberalizadoras retocaba la actual Ley de Comercio de 1996, y decretó la libertad de apertura en domingos y festivos para comercios de menos de 300 metros cuadrados. Asimismo, se amplía gradualmente la apertura en domingos y festivos desde los ocho actuales (salvo en Cantabria, 10, y en Madrid, 14) hasta los 12 a razón de un domingo por año que pase para los establecimientos superiores a 300 metros cuadrados (supermercados e hipermercados). Por último, el número de horas comerciales de apertura para todos los establecimientos aumenta desde las 72 horas semanales hasta las 90 horas.

Los sindicatos convocantes llamaron ayer al paro general a todo el comercio, sector en el que trabajan 2,3 millones de personas de las que 1,9 millones son trabajadores por cuenta ajena y 400.000 son autónomos. El argumento central de los sindicatos es que la ampliación de horarios destruirá unos 100.000 puestos de trabajo en los próximos cuatro años. A su juicio, es una medida tomada a petición de las grandes superficies y solamente servirá para destruir puestos de trabajo, degradar la calidad del empleo, desregular la jornada laboral, dificultad para conciliar la vida laboral y restringir la libre competencia.

El secretario de Estado de Comercio y Turismo, Juan Costa, adujo ayer que las medidas no sólo no destruirán empleo, sino que crearán 25.000 nuevos empleos cada año, sobre todo contratos a tiempo parcial y que sus efectos serán positivos para el conjunto de la economía. Asimismo, añadió que la ampliación de horarios es facultativa, por lo que no se obligará a ningún comerciante a abrir más horas. Fuentes de Comercio calificaron el seguimiento del paro como "irrelevante".