El equipo económico de Fox crea dudas sobre el futuro de México
La vacilación en política fiscal mina la confianza de los inversores
El compromiso del presidente mexicano electo, Vicente Fox, de luchar contra la pobreza y la corrupción no preocupa tanto a inversores y expertos como las vacilaciones y contradicciones observadas hasta ahora en el equipo económico de Fox. Algunas agencias calificadoras de riesgo de Estados Unidos recomiendan atemperar el entusiasmo inversor o esperar a que las promesas de crecimiento con estabilidad se traduzcan en hechos a partir de la investidura del próximo 1 de diciembre.
Recientes declaraciones de los dos principales asesores económicos de Fox, concretamente de sus ministros en la sombra Luis Ernesto Derbez y Eduardo Sojo, han sembrado la duda de algunas agencias de calificación de riesgo como Standar & Poor's sobre su capacidad para llevar a cabo la necesaria reforma fiscal.El fuerte crecimiento del PIB mexicano, casi seis puntos, y la fuerte subida del consumo, dispararon las alarmas del Banco de México que reclama medidas de ajuste fiscales contra los brotes inflacionistas propios de un crecimiento tan acelerado: 7,8% en el primer semestre de este año.
Derbez y Sojo, ex funcionarios del Banco Mundial y hombres de visión empresarial, no parecen ponerse de acuerdo sobre el nivel de rigidez de la política fiscal para evitar esos brotes, y los efectos de un déficit fiscal estimado entre el 0,5% al 1% del PIB, que deberá ser sufragado con dinero fresco.
Conseguir esos nuevos fondos sin incurrir en nuevos endeudamientos no será sencillo. La reforma fiscal, lograr que los mexicanos evadan menos y paguen más sin malograr la estabilidad, llevará tiempo y complicadas negociaciones.
Tampoco parecen convencer en Wall Street las declaraciones de Sojo al Financial Times en el sentido de que el dinamismo de la economía norteamericana y los altos precios del crudo, siendo México un país exportador, disminuyen el peligro de sobrecalentamiento de la economía.
La crítica más dura la pronunció Rudiger Dornbusch profesor de economía en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, y asesor en su día del ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-94), durante las reuniones en Praga del Fondo Monetario Internacional (FMI). Allí, Dornbusch afirmó que Fox no tiene "ni idea ni equipo ni Congreso".
Al menos el último cargo es cierto, pues el nuevo partido gobernante, el Partido de Acción Nacional (PAN), conservador con flancos centristas, no disfruta de mayoría absoluta en el Congreso, y entre sus filas hay desacuerdos sobre la conveniencia de apoyar sin restricciones los proyectos de ley del Ejecutivo, necesarios para cumplir las promesas de campaña. La adhesión incondicional funcionó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), derrotado en las elecciones del 2 de julio después de 71 años en el poder, pero no es previsible que se repita con el PAN.
Las cavilaciones de círculos financieros sobre la capacidad económica y habilidad política del equipo de Fox nace de las declaraciones públicas, en México o EE UU, de sus asesores y de los numerosos contactos mantenidos por éstos con funcionarios de la Administración de Zedillo o representantes de la sociedad civil. "En no pocos casos", señala el comentarista Samuel García, "se muestran sorprendidos del grado de desconocimiento, de la ligereza y superficialidad que muestran".
La aprobación del nuevo presupuesto, que deberá ser austero para no desequilibrar las principales variables macroeconómicas mexicanas, constituirá una de las primeras pruebas de la nueva Administración.
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