España es partidaria de reactivar la Conferencia Euromediterránea

España hará tándem con la presidencia francesa de la Unión Europea para sacarle brillo al hoy apagado entramado de relaciones políticas, económicas y sociales que, bajo presidencia española, los Quince empezaron a tejer hace cinco años con sus 12 socios del otro lado del Mediterráneo en el llamado "proceso de Barcelona".El secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, apostó ayer por "reforzar la credibilidad" de la Conferencia Euromediterránea, "no sólo como contrapeso a la orientación de la UE hacia el Este, sino como una necesidad objetiva que se justifica en sí misma".

España apoya la reactivación del proceso de Barcelona que Francia intenta llevar a cabo con vistas a la cita ministerial euromediterránea prevista en Marsella para el próximo 16 de noviembre, con un realista y condicionado ojo puesto en la tensión renovada en Oriente Próximo. "La situación no está como para tener mucho ánimo", reconocieron al respecto fuentes de la presidencia francesa. París "no ha tirado aún la toalla" en sus aspiraciones de elevar el rango de esta reunión al más alto nivel, el de jefes de Estado y de Gobierno. Pero mucho dependerá de cómo evolucionen los choques entre israelíes y palestinos, por mucho que la UE intente siempre "descontaminar" Barcelona del proceso de paz de Oriente Próximo. Sobre la mesa de Marsella figurará la Carta para la Paz y la Estabilidad que la UE prepara como documento "políticamente vinculante" en su búsqueda de mecanismos de prevención de conflictos en la región.

En unas jornadas sobre la política euromediterránea de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo celebradas en Barcelona, Manuel Marín, ex vicepresidente de la Comisión Europea y coartífice del marco de cooperación diseñado en 1995, defendió Barcelona como el único foro donde ha sido posible incluir a enemigos tan acérrimos como Siria e Israel.