Los grandes clubes europeos quieren que los contratos duren al menos cinco años

Los clubes más poderosos de Europa, representados por el G-14 (grupo con ese número de equipos) se resisten a perder el control de los traspasos de jugadores. Han elaborado una serie de propuestas para cambiar su sistema actual, cuyo punto de partida -su oposición a la rescisión unilateral de los contratos y que éstos duren al menos cinco años- choca frontalmente con el derecho comunitario a la libre circulación de trabajadores. Su proyecto es incluso más inflexible que el de la FIFA para solucionar el conflicto después de que la Unión Europea (UE) haya exigido cambiar la fórmula.

Los clubes del G-14 (Madrid, Barça, Milan, Manchester, Bayern, Ajax, Oporto, Dortmund, Liverpool, Juventus, Inter, París Saint Germain, Marsella y PSV) elaboraron el pasado lunes en Múnich un proyecto para reformar el sistema de traspasos de jugadores y presidentes de algunos de esos equipos, como Joan Gaspart, del Barcelona, ya han avanzado que la UE va a decir no a determinados puntos, fundamentalmente el que se refiere a la imposibilidad de rescindir el contrato de forma unilateral.Ese fue precisamente el punto en el que se basa la política de la UE, con su comisario de la Competencia, el italiano Mario Monti, a la cabeza, para pedir a los dirigentes del fútbol un cambio en el sistema actual de traspasos que impide a un jugador cambiar de club si no existe acuerdo entre dos equipos, el que vende y el que compra. El fútbol tiene de plazo hasta el 31 de este mes para presentar las alternativas que puedan solucionar el conflicto suscitado con la UE.

Los representantes del G-14 justifican su proyecto ante la especificidad que consideran define a una profesión como la de futbolista. "La UE trata de forma específica a los pilotos aéreos, a los investigadores, a los artistas... y el futbolista debe tener la misma consideración", aseguró ayer uno de estos representantes. Los clubes del G-14, además, defienden el proyecto como un "punto de vista en bien del fútbol", según explicó otro de sus representantes en la reunión de Múnich.

Estos clubes ni siquiera son partidarios del modelo español, conocido como el famoso decreto 1.006, que buena parte del fútbol estima como una solución posible, ya que contempla las cláusulas de rescisión de los contratos. "Es [por el decreto 1.006] como la chica del baile que gusta a todo el mundo", fue la comparación del representante del Barcelona en la reunión del lunes del G-14 en Múnich. "Ese decreto tiene sus puntos positivos pero también tiene bastantes aspectos negativos. En España nos ha ido bien con esta normativa por la postura de los clubes, por su pacto de caballeros en este asunto de los traspasos", añadió este representante español.

Para el secretario general de la Liga de Fútbol Profesional española, Pedro Tomás, los clubes del G-14 defienden el criterio italiano, en cuyo fútbol un jugador no se puede mover de equipo en cinco años si tiene contrato en vigor. "Me temo que la propuesta del G-14 va a contar con bastantes reticencias por parte de la Unión Europea", indicó Pedro Tomás.

El sindicato mundial de futbolistas, la FIFPRO, por su parte, es la institución que se muestra más discrepante con el proyecto del G-14. El vicepresidente de la FIFPRO, Gerardo González Movilla, presidente a su vez del sindicato español de futbolistas (AFE), fue rotundo sobre la rescisión de los contratos: "Es un derecho incuestionable e irrenunciable para el jugador". La FIFPRO se muestra fuerte en este capítulo porque tiene constancia de que la UE da prioridad a la normativa laboral que defiende la libertad de movimiento de los trabajadores. González Movilla añadió que la FIFPRO está dispuesta a asumir puntos específicos, como puede ser la defensa de la cantera siempre que sean pactados y fijados por convenio entre las partes afectadas.