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Aznar quiere dar escaño sin voto en el Senado a los presidentes autonómicos

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José María Aznar, quiere aprovechar la reforma del Senado, que estudia una ponencia constituida tras las elecciones generales de mayo, para abrir la Cámara alta a los 17 presidentes autonómicos y crear un banco verde, con escaños para todos ellos, junto al banco azul. De este modo, la presencia sistemática de los presidentes autonómicos en el Senado haría innecesario el debate sobre el Estado de las autonomías, según fuentes del PP. La reforma del Reglamento del Senado de 1994 creó la Comisión General de Comunidades Autónomas, y en ese organismo se abrió la puerta a la presencia de los presidentes autonómicos. Con la nueva revisión del Reglamento, Aznar pretende que los presidentes autonómicos puedan acceder, también, a los plenos del Senado, con voz, pero sin voto, siempre que lo deseen. "Se trata de reforzar el contenido territorial de la Cámara Alta y su papel de cohesión entre las comunidades de modo que puedan acceder a debates como la financiación autonómica, el Plan Hidrológico Nacional o aquéllos de marcado contenido autonómico", según explican fuentes del PP.La potenciación de la presencia de los presidentes autonómicos en el Senado no requiere una reforma de la Constitución, señalan las mismas fuentes. Basta con reformar el Reglamento de la Cámara alta, que es el margen del que no quiere salirse el PP.

Aznar trata, paralelamente, de potenciar, al calor de la reforma, tanto su presencia como la de los ministros de su Gabinete en el Senado. En la pasada legislatura, el jefe del Ejecutivo sólo acudió a una sesión del Senado, en febrero de 1997, con motivo del debate del estado de las autonomías que protagonizó junto con los presidentes de las comunidades autónomas. No volvió a celebrarse durante el resto de la legislatura.

Según las fuentes del PP consultadas, una mayor presencia de Aznar y los ministros en un Senado con un contenido territorial más definido, haría innecesario el debate sobre el estado de las autonomías. Precisamente, una de las principales pretensiones de la reforma es que el Senado concentre una discusión, como la de la financiación autonómica, que será asunto estelar a comienzos de 2001, insisten en el PP.

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