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LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

El PSE descarta cualquier acercamiento al PNV y le exigirá que cambie de estrategia

El Partido Socialista de Euskadi (PSE) afronta su moción de censura contra el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el próximo jueves, entre una dura ofensiva del PNV contra sus dirigentes y el recelo del PP, que teme que, a la postre, los socialistas terminen por pactar con los nacionalistas. En este clima, la ejecutiva del PSE optó ayer por anunciar que responderá "con dureza" a los ataques del PNV y le exigirá que "defina con claridad su discurso, bajo cuerda, de ruptura con EH". Los peneuvistas no deben esperar nada de los socialistas hasta que se celebren las elecciones y ratifiquen en público su ruptura con el Pacto de Lizarra. En cambio, el PSE apoyará la moción de censura del PP si queda claro que su objetivo es la convocatoria de elecciones.

Recelos del PP

El secretario general del PSE, Nicolás Redondo, manifestó ayer a EL PAÍS, tras la reunión de la ejecutiva de su partido, que "cualquier ataque de los portavoces habituales del PNV a los socialistas será respondido como si fuera un ataque de todo el PNV". Su aviso no es gratuito. Tras la presentación de la moción de censura contra el lehendakari, los portavoces habituales del PNV han desatado una dura campaña descalificatoria contra los dirigentes socialistas.Ayer mismo, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, criticaba al líder del PSE en estos términos en una entrevista en El Mundo: "Nicolás Redondo está como loco por ser lehendakari, consejero o portero de Ajuria Enea, y por eso utiliza el ¡Váyase, señor Ibarretxe". Anasagasti también atacaba al secretario general del PSOE: "Rodríguez Zapatero me ha decepcionado. Ha podido elegir entre ser el partido de Pablo Iglesias, un partido ideologizado, o el partido de Julio Iglesias, un partido de imagen. Ha optado por lo segundo. Quiere ser aceptado por los medios de comunicación. Para eso tiene que zumbar al PNV, y lo está haciendo".

Otras declaraciones de dirigentes del PNV similares a éstas han sentado muy mal en la ejecutiva del PSE, que las considera despectivas e insultantes hacia su partido. "El PNV está acostumbrado a hacer política cuando manda. No es consciente de su situación", señalaba ayer Redondo.

La irritación del líder del PSE es aún mayor porque, simultáneamente a estos ataques, los peneuvistas envían a los socialistas, bajo cuerda, mensajes de complicidad para un posible Gobierno de coalición tras las elecciones vascas. En vista de esta situación, Redondo pidió ayer al PNV una sola voz y amenazó al partido que dirige Xabier Arzalluz con responder duramente a todos sus ataques, vengan de quien vengan.

La ejecutiva socialista vasca tiene decididas dos cosas: ante todo, nada con el PNV antes de las elecciones, y, en todo caso, cualquier aproximación posterior requerirá un cambio estratégico claro y público de ruptura definitiva con el Pacto de Lizarra y EH.

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En las conversaciones privadas que han mantenido socialistas y nacionalistas, la principal exigencia del PSE es precisamente esta última. "El PNV tiene que admitir que erró, y hacerlo en público. La fórmula, que la elijan ellos, pero tiene que ser absolutamente clara", subraya un miembro de la ejecutiva. En cierta manera, los socialistas consideran que de la misma manera que ellos han pagado con una profunda renovación los errores cometidos en el pasado, el PNV tiene que asumir que no hay errores políticos sin precios políticos y personales. "Y el PNV tiene que pagarlos también".

La incomodidad del PSE se extiende, a su vez, a su relación con los populares vascos. La buena relación que había entre ambos partidos antes de la presentación de la moción de censura del PSE contra el lehendakari se ha tornado en recelo del PP hacia los socialistas. La propia presentación de la moción originó malestar en los populares, ya que Redondo la anunció por sorpresa en el debate de política general, celebrado el pasado 22 de septiembre. Esto obligó a Carlos Iturgaiz, líder del PP vasco, a adelantar su moción. Los populares no tenían prisa en presentarla, dentro de su estrategia de desgastar a Juan José Ibarretxe.En este escenario de recelos, el PSE acabó por definirse ayer de forma tajante sobre la moción del PP. El portavoz parlamentario de los socialistas, Rodolfo Ares, expresó su apoyo a la misma con la condición de que sea constructiva y tenga por objetivo adelantar las elecciones para buscar una salida a la "crisis política e institucional" de Euskadi.

La cuestión de fondo es que tanto el Gobierno central como los populares vascos temen que "el PNV engañe al PSE" con una propuesta de Gobierno de coalición. Pero el PSE, según dejó claro ayer, no abordará la política de alianzas hasta después de las elecciones. "No tenemos ningún acuerdo ni con el PP ni con el PNV", advirtió Ares con contundencia.

En este clima de nerviosismo generalizado, desde las filas populares se ha rumoreado que el PSE está intentando llegar a un escenario que haga factible la necesidad de un Gobierno de concentración entre el PSE, PNV y PP. Una fórmula que los populares consideran inaceptable y que ayer desmintieron los propios socialistas. "Vamos a ver muchos rumores a partir de ahora", dijo un miembro de la ejecutiva del PSE.

Por su parte, el PNV y EA han solicitado a la Mesa del Parlamento que demande al PSE y el PP la presentación de sus respectivos programas de Gobierno, ya que el Reglamento de la Cámara exige que los entreguen 48 horas antes del debate de las mociones de censura.

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