Sudupe emprende la etapa más delicada de su mandato con el rechazo frontal de la oposición

El mensaje conciliador del diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, colisionará con la crítica implacable de toda la oposición en el debate de política general que se celebrará hoy en las Juntas Generales de esta provincia. Será la representación de un diálogo de sordos plagado de reproches entrecruzados que hacen insuperable la división existente entre el equipo de gobierno minoritario de PNV-EA, por un lado, y el resto de las formaciones, por otro. Sudupe inicia el curso político sabiendo que EH, el PP y el PSE le van a negar su apoyo a los presupuestos de 2001.

Sudupe comenzó su discurso el año pasado haciendo una apelación al "diálogo, el acuerdo, la tolerancia y el respeto mutuo" como "inspiradores de nuestra acción de gobierno". Un año después, la máxima autoridad en Guipúzcoa volverá sobre sus pasos y se verá obligado a tender su mano a diestro y siniestro. Insistirá en la necesidad de concitar apoyos al Gobierno foral y reivindicará la necesidad de sumar voluntades para impulsar los proyectos más relevantes del cuatrienio. Sin embargo, Sudupe sólo escuchará críticas.El PP y el PSE no van a perdonarle la alianza con Euskal Herritarrok después de que que ETA pusiera fin a la tregua. Y la coalición abertzale le recriminará el abandono de la apuesta soberanista suscrita en Lizarra. El futuro inmediato de la Diputación guipuzcoana es más incierto que nunca. El Ejecutivo provincial, sostenido por el PNV-EA con una mayoría insuficiente de 19 escaños en las Juntas, se enfrenta a los 14 de EH, 10 del PSE y ocho del PP.

Sin embargo, la gobernabilidad de los nacionalistas es posible aún gracias a la división existente entre los grupos de la oposición y a pesar de que éstos en ocasiones puntuales, algunas relevantes -la gratuidad del peaje en la A-8, por ejemplo-, han conseguido votar en la misma dirección y derrotar al Ejecutivo foral.

El portavoz del PP en el parlamento provincial, Iñigo Manrique, anuncia: "No vamos a ahorrar calificativos para criticar a Sudupe" y poner de manifiesto su "sometimiento a EH, las ligaduras y servidumbres que tiene hoy con quienes apoyan la violencia de ETA". Aunque reconoce que le concederan "el beneficio de la duda", pronostica un debate "encendido y de corte político".

Miguel Buen, portavoz socialista en las Juntas, recuerda que Sudupe renunció el año pasado a negociar con el PSE aduciendo "razones de ámbito más general para priorizar los acuerdos con EH". Buen insiste en que el PNV y EA dedicaron "50 horas" a reuniones hasta lograr que EH aprobara los presupuestos forales, "un privilegio que no tuvimos los demás". Manrique advierte de que los socios de gobierno se encuentran en una "encrucijada" y "sin margen de maniobra". Es el peaje político que quieren cobrarle al diputado general por su pacto económico con EH.

Sudupe es consciente de sus limitaciones en tanto no se aclare el panorama político en el Parlamento vasco. La tensión entre partidos dificulta el logro de respaldos para su acción de gobierno. El primer examen importante llegará con la discusión del proyecto presupuestario, para el que Sudupe no tiene ningún aliado. "Si no vemos una rectificación clara, que no cuente con nosotros", avisa el popular Manrique, mientras que los socialistas siempre han dejado una puerta abierta a llegar a acuerdos parciales siempre que exista una intención sincera de "cambiar de rumbo y pensar en todos los guipuzcoanos y no sólo en los nacionalistas".