A la alcaldesa de Terrateig
Los lamentables hechos que tuvieron lugar el 18 de septiembre en su término municipal contra una asociación protectora de animales, no tienen otro calificativo que desproporcionados y reprobables. Señora, con absoluto respeto a sus sentimientos particulares, estos no pueden ser trascendidos al ejercicio del cargo público que ocupa, y proceder con un empecinamiento y actitudes anacrónicas, que ya todos creíamos desterradas. Ni siquiera se dignó a conceder 24 horas, que el suscribiente le solicitó en nombre de todos para salvar los animales del sacrificio, e impuso el ordeno y mando, enarbolando la bandera de la más estricta legalidad; despreciando el hecho de que el suelo que usted pisa es un país presidido por principios democráticos que imponen el diálogo y la tolerancia como fórmulas esenciales de convivencia; no la carga policial pura y dura, como al parecer representa su estilo.Señora, ha hecho un flaco favor tanto al país, como al PP que representa, porque con su demostración de fuerza ha traicionado la honestidad que le impone su cargo e incluso los estatutos de su partido, ensañándose torticeramente contra quien menos lo merecía y haciendo la vista gorda a otros buenos negocios en la misma situación.
Representa usted un preocupante brote y un grave peligro para la erradicación del caciquismo municipal, y lo que es más grave, con su torpe actuación, ha provocado un despliegue informativo que ha conseguido alarmar a los ciudadanos de bien. Sorpresivamente, fue gracias a la predisposición de aquellos a los que ordenó cargar contra nosotros, y más concretamente, al inspector actuante de la policía autonómica, el que sin quebrantar la legalidad vigente, supo ponderar su tajante orden, y salvar por lo pelos, los más de 200 animales. Señora, cambie o mejor, dimita; pero no siga por sus fueros, porque la tierra que pisa no es suya, sino de todos los ciudadanos. Por último, recordarle que la presente se basa en los principios de la libre expresión que recoge nuestra Constitución, tan suya como mía; y además informarle que reiterada jurisprudencia somete a pública critica los cargos públicos, extremos estos últimos que espero que le sirvan de reeducación y adaptación a los tiempos en que los demás vivimos; no sé usted.-
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