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Los médicos de Manchester tienen ya vía libre para operar y separar a las niñas siamesas

Los padres de Jodie y Mary no recurrirán la decisión del Tribunal de Apelaciones de Londres

La separación de Jodie y Mary, las siamesas originarias de Gozo (Malta) y nacidas el 8 de agosto en Manchester, podrá llevarse a cabo en cuanto los médicos británicos estén preparados para ello. Los padres de las niñas anunciaron ayer que no recurrirán la decisión del Tribunal de Apelación de Londres, que el pasado viernes autorizó la operación para salvar a Jodie. Su hermana Mary, sin corazón ni pulmones, morirá en el quirófano. "Después de dos juicios y dos fallos por unanimidad, los padres creen que han hecho todo lo posible por sus hijas", ha dicho su abogado.

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Tras las pasiones levantadas por un caso donde el derecho a la vida ha sido invocado de forma irreconciliable por jueces y padres, la decisión de estos últimos de permitir por fin que la ciencia intente salvar a una de sus hijas a costa de la otra constituyó una sorpresa. Para Laurence Oates, abogado del Estado que representaba en su nombre a Mary, la más débil de las niñas, el enfoque ético del caso seguía siendo el mismo. "Después de dos juicios y cuatro jueces distintos fallando por unanimidad a favor de Jodie, los padres creen que han hecho todo lo posible por sus hijas. No vamos a sentar un precedente. Estamos ante una excepción y esta operación no conculcará el derecho a la santidad de la vida. Algo que todos hemos tratado de honrar", dijo. Según el letrado, los padres no han abdicado de sus creencias católicas, contrarias a elegir entre sus hijas. La decisión de no apelar a la Cámara de los Lores habría que entenderla por tanto como una forma de desbloquear una situación que compromete la salud de Jodie y en nada favorece a Mary. También hay que tener en cuenta que los tres jueces de apelación sancionaron la separación sin haber despreciado en ningún momento la vida de Mary. Henry Brooke, Robert Walker y Alan Ward dictaron que primaban los intereses de Jodie porque su hermana estaba ya sentenciada por la naturaleza. Tal y como aseguraron en la sentencia, Mary vivía a costa de su gemela.

En cuanto se supo la decisión paterna, el arzobispo católico de Westminster, Cormac Murphy-O'Connor, se apresuró a decir que comprendía a la pareja. Los grupos provida, por el contrario, pidieron a Laurence Oates que recurriera de inmediato a los Lores. "Estamos sentando un peligroso precedente al despreciar a Mary. Su defensor no debe permitirlo", señaló Bruno Quintevalle, uno de sus portavoces.

A partir de ahora, el caso se ha convertido en un asunto clínico en manos de los médicos del hospital Saint Mary de Manchester. Las siamesas tienen siete semanas de vida y los pediatras creen que lo mejor sería esperar a que coronen por lo menos las ocho semanas para separarlas. Si las constantes vitales de Jodie, que no está creciendo como debiera al cargar con el peso de oxigenar a Mary, empeoraran, actuarían antes. Las niñas están unidas por el abdomen y disponen de un solo aparato genital, urinario y digestivo. Como el corazón y los pulmones, dos órganos vitales, son de Jodie, los cirujanos sostienen que podrían salvarla.

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