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La comunidad internacional estrecha el cerco sobre Belgrado

EE UU y la UE continuaron ayer ejerciendo su presión contra Slobodan Milosevic, a la que se sumó la propia China, uno de los más poderosos aliados de Yugoslavia. Los Gobiernos de varios países europeos multiplicaron a lo largo del día los llamamientos para que el presidente yugoslavo acepte la voluntad de su pueblo. Sólo Rusia se opuso a, como dijo su ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, "entrometerse en los asuntos internos" de otro país.Hubert Védrine, ministro de Exteriores de Francia, que ejerce la presidencia semestral de la UE, viajó ayer a Moscú para tratar la crisis con el presidente ruso, Vladímir Putin, y con su homólogo Ivanov. Según Védrine, Rusia, Europa y EE UU "comparten en lo esencial la misma posición". Sin embargo, Ivanov se desmarcó asegurando que no se propone presionar a Milosevic a pesar de su derrota electoral. "Rusia no ejercerá ninguna presión sobre nadie en Yugoslavia. Es una cuestión estrictamente doméstica de Yugoslavia", dijo

Levantar las sanciones

Védrine aseguró que la UE puede anunciar en breve el levantamiento de las sanciones. "Debemos adoptar cuanto antes este paso", declaró Védrine. La UE solicitó ayer a una verificación de los resultados de la Comisión Electoral yugoslava, muy diferentes de los que tiene en sus manos la oposición. Precisamente los representantes de la UE en Belgrado, incluido el embajador español, almorzaron ayer con Kostunica, informa Bosco Esteruelas.Frente a las prisas de Francia, Bill Clinton señaló ayer que EE UU sólo levantará las sanciones cuando se instale un Gobierno democrático en Belgrado. A excepción de la OTAN, que intenta mantener prudencia en esta crisis a la espera de lo que ocurra, aunque ha intensificado las reuniones de embajadores, Gobiernos europeos como el de Alemania, Italia, Austria, Rumania o Bulgaria reiteraron ayer los llamamientos a que Milosevic respete la voluntad de su pueblo. El pueblo serbio "debe desembarazarse del déspota Milosevic", declaró Ludger Volmer, secretario de Estado de Asuntos Exteriores alemán. A ellos se sumó China, gran aliado de Yugoslavia, que apeló a la estabilidad política. "Respetamos la opción del pueblo yugoslavo y esperamos que Yugoslavia pueda mantener la estabilidad política", declaró el portavoz de Exteriores, Sun Yuxi.

Montenegro, la república que aún forma parte -contra la voluntad de sus líderes- de Yugoslavia, junto con Serbia, y que boicoteó las elecciones, reconoció ayer la victoria del candidato opositor. "La elección presidencial ha terminado para nosotros, el candidato de la DOS ha ganado", dijo Filip Vujanovic, primer ministro.

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