El cartel fija reuniones al máximo nivel cada cinco años
Gran parte del texto final ha creado o ratificado compromisos internos de la OPEP. Los 11 miembros han decidido que celebrarán una cumbre cada cinco años porque creen que no es bueno ni para ellos ni para el mercado mundial que no se reúnan periódicamente. Esa decisión, ajena al documento oficial, fue anunciada en la clausura por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.También se ha abierto la posibilidad de abrir un banco de la OPEP para tener una entidad que ofrezca créditos a bajo interés para la inversión en la industria petrolera de los países miembros. El cartel sabe que en épocas de vacas flacas, es decir, cuando la demanda cae y, con ella, el precio, la inversión petrolera se congela. Luego, cuando el ciclo se revierte, no pueden responder a la creciente demanda porque sus yacimientos no dan de sí. Los créditos servirían para mantener la inversión en la industria durante los periodos de baja demanda.
Por otra parte, la declaración de Caracas impulsa la cooperación financiera entre las compañías petroleras de los países de la OPEP, todas en manos del Estado, y entre éstas y las compañías privadas extranjeras. Los miembros de la OPEP han suscrito su voluntad de abrir y diversificar sus economías para no ser tan dependientes de los ingresos de las exportaciones de petróleo.
Estos países nunca han logrado avanzar mucho en este proyecto. Cuando el precio del crudo estaba por los suelos en 1998, la mayoría de los miembros habló de grandes planes de diversificación de sus economías. No obstante, cuando en 1999 lograron que los precios se recuperaran -llegaron a subir de 10 a 30 dólares-, el ímpetu aperturista desapareció.
La OPEP también ha añadido su preocupación por la deuda externa de muchos países pobres, aunque ha obviado el reciente comentario del Banco Mundial sobre que los altos precios del petróleo perjudican más a los países pobres.
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