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Sydney 2000

Medallas en deportes de última hora

Esparza (plata en taekwondo) y Corretja-Costa (bronce en tenis) engordan el botín español

Santiago Segurola

La jornada de ayer representa de alguna forma el cambio que ha sufrido el programa olímpico en los últimos años. Gabriel Esparza consiguió la medalla de plata en tae kwondo, lucha de origen coreano que había figurado como deporte de invitación hasta ahora. En el tenis, Albert Costa y Álex Corretja lograron el tercer puesto. La presencia de los mejores profesionales del tenis en los Juegos Olímpicos estuvo vetada durante mucho tiempo, según la tradición amateurista que comenzó a quebrarse en Los Ángeles 84. El béisbol también es un deporte de última hora. Se disputó por primera vez en Barcelona, y desde entonces había sido patrimonio de los cubanos. Enfrascados en sus célebres Ligas profesionales, los estadounidenses se han obligado a enviar equipos integrados por jóvenes prometedores y algún que otro profesional en declive. En Sydney su figura más reconocible era el septuagenario Tommy Lasorda, entrenador durante muchos años de los Dodgers de Los Ángeles. Nadie daba un duro por los norteamericanos en su enfrentamiento con Cuba, donde el béisbol es rey. Pero en un partido que dejará huella, Estados Unidos ganó con comodidad. La derrota provocó el estupor de los aficionados cubanos.Fue el día de Jan Ullrich, ganador de la carrera de ciclismo. Después de una temporada discreta, el ciclista alemán dio una lección de clase y poderío en los últimos kilómetros de la prueba. Armstrong apenas apareció, y los españoles ofrecieron noticias preocupantes para la próxima contrarreloj.

Marion Jones volvió al tajo tras la jornada de descanso, que para ella resultó tormentosa por la noticia del positivo de su marido, C.J. Hunter. Había expectación por observar su respuesta en la pista. Cumplió con nota. Superó sin dificultad las dos primeras series de la prueba de 200 metros y alcanzó la final de longitud en su primer intento. Los españoles tuvieron un papel menor en los 1.500 metros, carrera fetiche en nuestro país. Andrés Díaz y Juan Carlos Higuero pasaron a la final con dificultades. José Antonio Redolat fue barrido de la pista en una carrera que exigía inteligencia, codos y capacidad de sufrimiento. Redolat se vio superarado por fragor de la batalla y terminó en última posición. En 800 metros, el danés Wilson Kipketer no pudo colgarse el único galardón que le falta. Corrió como un juvenil y fue superado por el alemán Nils Schumann, atleta muy joven y de gran eficacia en los grandes campeonatos.

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