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La retirada de las 1.100 toneladas de alquitrán que un petrolero vertió al mar en agosto comienza hoy

Javier Arroyo

El vertido de hidrocarburo que el ocho de agosto contaminó más de 40 kilómetros del litoral de Málaga y Cádiz dejó en la costa alrededor de 1.100 toneladas de alquitrán. Al mezclarse este producto, que procedía de la limpieza de un petrolero en alta mar, con arena, piedras y algas, el peso total de los residuos, que aún están amontonados cerca de donde se recogieron, alcanza las 3.500 toneladas. Fuensanta Coves, consejera de Medio Ambiente, se reunió ayer en Málaga con autoridades de los municipios afectados y afirmó que hoy comenzará la retirada, que estará lista en dos semanas.

Una vez retirados de las playas, los residuos fueron amontonados por los responsables municipales donde les fue posible, casi siempre al descubierto. Ahora, la llegada del otoño crea una situación peligrosa porque las lluvias podrían desbaratar los montones y esparcir el alquitrán. Por eso, los cargos públicos que ayer se reunieron con Coves -la alcaldesa de Manilva, los concejales de playas de Estepona y Casares y el presidente de la Mancomunidad de la Costa del Sol- respiraron tranquilos y mostraron su satisfacción por el ofrecimiento de la consejera. Ésta, a su vez, insistió en que pediría responsabilidades al Gobierno. El coste aproximado del transporte y tratamiento de esos vertidos es de 10.750 pesetas por tonelada, según fuentes de Egmasa (la empresa pública que se hará cargo de la limpieza de los residuos y que también ha estimado el volumen y peso del residuo); si se complica el acceso de los camiones a los residuos, el precio será algo mayor. Así, el coste mínimo aproximado de todo el proceso de limpieza rondará los 38 millones de pesetas. La Consejería se comprometió también a asumir la mitad de ese importe. La Diputación de Málaga se hará cargo de la otra mitad. En la provincia de Cádiz, en la que La Línea y San Roque resultaron afectadas, serán la Consejería y la Diputación gaditana quienes corran con los gastos.

Egmasa comenzará hoy mismo a trasladar los residuos a su planta de tratamiento de Palos de la Frontera (Huelva) donde someterá el producto a un proceso de inertización con cal viva que reducirá su peligrosidad medioambiental. Ignacio Trillo, delegado de Medio Ambiente en Málaga, se comprometió a estudiar los restos de alquitrán que aún quedan en el fondo marino.

Las primeras manchas de alquitrán, en forma de bolas, llegaron a las costas de Manilva y Casares en la tarde del ocho de agosto. Horas después, la contaminación apareció en Estepona y en La Línea y San Roque. Varios días más tarde la mancha alcanzó Nerja y Torrox, muchos kilómetros al norte de la primera mancha. Una docena de playas se cerraron al baño durante casi una semana.

Aunque en un primer momento se barajaron distintas hipótesis sobre el origen del vertido, los análisis dictaminaron que el hidrocarburo contenía restos de productos químicos usados para limpiar los tanques en los que los petroleros almacenan los residuos de la limpieza de los contenedores donde viaja el petróleo. Aunque en un primer momento, y tras el análisis preliminar de unas imágenes de la zona tomadas desde un satélite, la Junta barajó el 30 de julio como posible fecha del vertido, aún no se ha podido determinar el día exacto ni el barco causante del vertido.

A pesar de que el vaciado de los tanques de limpieza de los petroleros es perfectamente posible en los puertos, organizaciones como Greenpeace aseguran que, en ocasiones, estos buques vierten al mar sus deshechos en alta mar para evitar pagar a las autoridades portuarias.

La satisfacción con la que los responsables municipales abandonaron ayer la reunión con la consejera no evita que la tranquilidad sea sólo relativa. Rosario Loring, concejal de Casares, teme que vuelvan a ocurrir vertidos similares: "No veo mucho compromiso de la Junta para exigirle al Gobierno medidas que aseguren que esto no vuelve a pasar". Rafael Montesinos, edil de playas de Estepona opina algo parecido: "El problema no se ha terminado; en 1989 ya hubo una contaminación parecida y ahora se ha vuelto a repetir".

Ante la importancia del turismo para estas localidades, Antonia Muñoz, alcaldesa de Casares, insta al Patronato de Turismo de Málaga a que diseñe "un plan de choque para potenciar la deteriorada imagen de los pueblos afectados por el vertido".

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