Unos 500 inmigrantes se manifiestan para apoyar a los 60 que llevan seis días en huelga de hambre

Los inmigrantes que iniciaron el pasado miércoles una huelga de hambre, tras encerrarse en los sótanos de la parroquia de San José (Almería) para exigir su regularización, están dispuestos a mantener su protesta hasta lograr una solución. Unos 500 compañeros se manifestaron ayer ante la iglesia para solidarizarse con los encerrados y exigir al Gobierno que les conceda papeles para poder residir y trabajar legalmente en España. El subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso, se reunió ayer en Madrid con el delegado del Ejecutivo para la Inmigración, Enrique Fernández Miranda.

Rechazos

La salud de los 60 inmigrantes marroquíes que permanecen encerrados en la iglesia -toman sólo agua, azúcar y zumos- está cada vez más deteriorada. Llevan una semana sin comer y seis de ellos ya han tenido que ser trasladados en ambulancia al servicio de urgencias del Hospital Torrecárdenas durante estos días. Un equipo médico del Servicio Andaluz de Salud (SAS) visitó a primera hora de la tarde de ayer a los que continúan el encierro.El párroco de la iglesia de San José, Antonio Sánchez Segovia, constató que la mayoría sufre intensos dolores de cabeza y estómago pero casi todos ellos siguen negándose a comer. "Yo no puedo solucionar nada. Lo único que puedo hacer es atenderlos como seres humanos que son y proporcionarles lo que necesiten. Estarán aquí el tiempo que ellos quieran estar porque mi misión no es expulsar a nadie", afirmó Antonio Sánchez, párroco de San José desde hace 37 años.

Los encerrados recibieron ayer una rotunda muestra de solidaridad por parte de otros 500 inmigrantes, llegados de municipios como El Ejido y Roquetas de Mar, que se concentraron durante todo el día ante las puertas de la iglesia para exigir la demanda de regularización de todos los que se acogieron al proceso abierto en marzo.

Muchos de ellos aseguran que presentaron todos los papeles que se les solicitaban para el último proceso de regularización y por eso no entienden que se les haya denegado la solicitud. Otros afirman que perdieron sus documentos durante los sucesos que ocurrieron en febrero en El Ejido. Es el caso de Tarik Ajbar, unos de los encerrados. "Para nosotros es igual estar aquí que fuera. Pasamos hambre igual. Yo llevo más de dos años en Almería pero no tengo pruebas porque quemaron el cortijo", asegura este marroquí de 26 años, dispuesto, como sus compañeros, a mantener la huelga indefinidamente.

El presidente de Almería-Acoge, Antonio Puertas, que ayer visitó a los encerrados afirmó que, según las previsiones, de las casi 21.000 solicitudes de regularización presentadas en Almería, un 50% serán denegadas. "Eso es un porcentaje altísimo. Supone un 20% de las 50.000 solicitudes que se prevé que se denegarán en toda España", dijo.Hasta los sótanos de la iglesia de San José, donde ayer pudieron acceder por primera vez los medios de comunicación, bajó también Mercedes García, de la Asociación Mujeres Progresistas, y el delegado de Asuntos Sociales de la Junta, Luis López, quien realizó una visita a título particular para ofrecer su colaboración al párroco y a los encerrados. Además, pudieron entrar representantes de algunas de las asociaciones de inmigrantes que están apoyando el encierro.

[Por su parte, el consejero de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña, pidió ayer al Gobierno central que regularice a este grupo de inmigrantes. El consejero calificó como "muy grave" la decisión de expulsar a un grupo de inmigrantes que "además forma parte de la economía andaluza". Asimismo, culpó a la Administración central de la situación que actualmente padecen muchos inmigrantes en España].

El subdelegado del Gobierno en Almería, Fernando Hermoso, se desplazó ayer a Madrid para reunirse con el responsable de temas de inmigración, Enrique Fernández Miranda, aunque hasta el momento ningún representante de la Administración central ha visitado a los encerrados para interesarse por su situación.