Un momento peligroso
Es casi inconcebible que Slobodan Milosevic renuncie voluntariamente al poder incluso aunque su rival, Vojislav Kostunica, obtenga una victoria incontrovertible (...). Fuera del poder, Milosevic sería víctima de sus muchos enemigos y de algunos de sus amigos. La avalancha de asesinatos a principios de año de importantes figuras del régimen, alguna de ellas como Arkan (...), muestra cuán vulnerables son los que en Serbia pierden el poder que los protege. (...) Un ex presidente Milosevic no tendría alternativa, excepto huir a un santuario extranjero. ¿Pero dónde? (...) El hecho es que no hay lugar donde pueda esconderse, y Milosevic lo sabe. No tiene un lugar al que salir corriendo; por eso corre hacia la presidencia. (...)Mucho menos claro es lo que Occidente hará o puede hacer como respuesta. Como muy a menudo ha ocurrido en el pasado, dependerá finalmente de Milosevic. Si consigue robar las elecciones sin provocar una violencia excesiva, es probable que no sufra más que un reforzamiento de las sanciones y un mucho de abuso verbal. Pero si una oposición enfurecida finalmente se mantiene en sus trece y empuja a Serbia hacia la guerra civil, o si pretende haber desenmascarado una conspiración occidental, declara el estado de emergencia y actúa contra los líderes de Montenegro, crecerán rápidamente las presiones para que haya alguna clase de intervención militar. (...) Al Gore y Tony Blair (...) deben resistir esta tentación si llega el momento. Por profundo que sea el dilema, las bombas sólo no lo mejorarán.
, 22 de septiembre
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