EE UU investiga a su embajador en Israel por violación de secretos

El embajador norteamericano en Israel, Martin Indyk, uno de los puntales del proceso de paz en Oriente Próximo, ha sido suspendido en sus funciones. El Departamento de Estado lo ha apartado temporalmente de su cargo, al someterle a una investigación por supuesta violación de las reglas de seguridad concernientes a los secretos oficiales. El diplomático se verá obligado a permanecer en Estados Unidos durante el tiempo que dure la investigación.

Un asunto interno

La investigación contra Indyk se inició el pasado agosto, a raíz de una protesta presentada por una oficina del propio Departamento de Estado, que aseguró que el diplomático norteamericano habría incumplido algunas normas básicas de seguridad relacionadas con el mantenimiento de los secretos oficiales, pero que en ningún caso se trataba de un tema de espionaje si no más bien de un "posible descuido" cometido al tratar la información confidencial.La emisora La Voz de Israel aseguró ayer que la investigación contra el embajador se abrió después de que éste transmitiera información confidencial, relativa a entrevistas mantenidas con jefes de Estado en su calidad de asesor de la presidencia para asuntos del Próximo Oriente, a través de un ordenador no homologado, que incumplía todas las normas de seguridad, pero que en cualquier caso las supuestas irregularidades habrían sido cometidas antes de su nombramiento como embajador en Israel.

El embajador Indyk, que se encuentra en Estados Unidos desde el pasado día 21, emitió el viernes por la tarde desde Washington a través de sus abogados una nota en la que manifestaba su decisión de cooperar plenamente con los departamentos de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado y con el propio FBI, encargados de la investigación, al tiempo que negaba haber hecho algo que hubiera puesto en peligro la seguridad de Estados Unidos.

La investigación contra el diplomático norteamericano y la separación provisional de su cargo se produce pocos días después de que los sectores de la derecha y ultraortodoxos israelíes iniciaran una furibunda campaña contra Martin Indyk a raíz de unas declaraciones en las que apoyaba la división de Jerusalén entre palestinos e israelíes, como única fórmula para alcanzar un acuerdo de paz entre las dos partes. Jerusalén "no puede ser la exclusiva reserva de una religión", había afirmado el embajador en un acto organizado en la misma Ciudad Santa por el Hebrew Union College, vinculado a los sectores reformistas y avanzados del judaísmo.

Las palabras de Indyk no pasaron desapercibidas para los dirigentes radicales judíos, quienes de inmediato y con el alcalde de Jerusalén a la cabeza, Ehud Olmert, del partido Likud, pidieron la destitución fulminante del embajador por haberse inmiscuido en un asunto interno de Israel y haber propugnado la división de la capital, en un momento especialmente delicado en las negociaciones del proceso de paz, en el que el principal tema de confrontación, es el futuro de la Ciudad Santa y su control.Martin Indyk, de 49 años, es de religión judía como la secretaria de Estado Madeleine Albright. Nació en el Reino Unido, pero se formó y educó en Australia de donde se trasladó a vivir a EE UU donde le fue otorgada la nacionalidad norteamericana en 1993, pocas semanas antes de que el presidente Clinton le nombrara responsable del departamento del Oriente Próximo en el Consejo Nacional de Seguridad. Dos años después fue designado embajador en Israel, apoyando con su misión el proceso de paz, abierto entonces por el primer ministro laborista Isaac Rabin. El triunfo del partido Likud y la llegada al poder de Benjamín Netanyahu obligó a EE UU a retirar a Indyk de la delegación diplomática, a la que regresó el pasado enero, a petición del jefe de Gobierno laborista Ehud Barak.