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"Nos encontramos 11 barcos y llegamos a tener uno a cada lado"

El cansancio impide a los náufragos expresarse con rencor. Pero, a pesar de haber perdido las fuerzas en muchos momentos, la memoria no les falla.Con entereza y en aparente buen estado físico, pese a las ostensibles quemaduras de su piel, Martina Hoffman, uno de los tres adultos náufragos, relató a los periodistas algunos pormenores de su odisea. "Ahora me encuentro bien, pero hemos pasado mucho miedo", declaró, "sobre todo según pasaban los días y nadie nos recogía". Martina Hoffman sospecha que alguno de los buques con que se cruzaron tuvo que avistarlos, pero prefirió pasar de largo. "En todo el tiempo que estuvimos en el mar, nos encontramos 11 barcos", afirmó la mujer, "y en una ocasión hasta llegamos a tener uno a cada costado".

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