Los bosques antiguos son más eficaces contra el efecto invernadero

Un nuevo estudio plantea dudas sobre la eficacia de las nuevas plantaciones de árboles para luchar contra el cambio climático inducido por las emisiones de gases de efecto invernadero. El estudio, realizado por científicos alemanes, concluye que los bosques salvajes antiguos, maduros, son mucho más eficaces que los árboles jóvenes para absorber el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera, producido por la combustión de carbón, petróleo y otros combustibles fósiles.El análisis, publicado ayer en la revista Science, ha sido dirigido por Ernst-Detlef Schulze, director del Instituto Max Planck de Biogeoquímica, en Jena. Varios expertos han señalado que el análisis proporciona un nuevo e importante argumento para proteger los bosques antiguos y para recordar que lo esencial es reducir las emisiones de gases.

En los bosques maduros, las grandes cantidades de carbono tomadas del aire se almacenan no sólo en troncos y ramas, sino también a gran profundidad en el suelo, donde puede permanecer muchos siglos, ha dicho Kevin R. Gurney, de la Universidad del Estado de Colorado. Si se destruyen los bosques antiguos y luego se reforesta la zona, terminará por emitirse gran cantidad del carbono que estaba en el suelo.