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La policía registra la oficina donde se grabó el vídeo contra Chirac

La policía judicial registró ayer las oficinas del productor audiovisual Arnaud Hamelin, que grabó el testimonio del ex financiero del partido gaullista Unión por la República (RPR) Jean-Claude Méry, y que ha hecho público su contenido un año después de la muerte de éste. Al menos tres juzgados de París, con causas abiertas por indicios de corrupción política, están interesados en ese vídeo. En su testimonio de ultratumba, Méry advierte de que hay más madera para la hoguera.

Jean-Claude Méry dice que tuvo la precaución de guardar "todas las instrucciones manuscritas que daba Michel Roussin para el envío de fondos a fundaciones o sociedades", además de los disquetes de ordenador. La reacción de la clase política ha sido relativamente prudente. Primero, por el procedimiento utilizado: éste es el vídeo dejado por alguien que ya no puede explicar por qué lo hizo ni someterse a un careo. Y después porque el testimonio de Méry afecta a varios partidos: cuando había para "dar de comer a todo el mundo" se repartía lo que hiciera falta, sostiene el autor de la confesión, quien recalca, no obstante, que el sistema de corrupción fue organizado en torno al entonces alcalde de París y primer ministro, Jacques Chirac, actual presidente de la República. Más allá de la indignada reacción de Chirac -"abracadabrantesco", "mentira", "calumnia"-, los demás aludidos hablan poco; sólo los Verdes, que participan en el Gobierno junto a socialistas y comunistas, piden una investigación parlamentaria.

Los jueces sí parecen vivamente interesados en intervenir. La Asociación Profesional de la Magistratura (de tendencia conservadora) ha hecho saber que, por más que el jefe del Estado goce de inmunidad, su cualidad de "primer magistrado de Francia" le sitúa ante la "obligación cívica" de "ayudar a la justicia a cumplir con su misión".

Una decisión del Consejo Constitucional de 1999 estableció que la justicia ordinaria no puede exigir la responsabilidad penal del presidente, aunque dejó la puerta abierta a que lo haga el Tribunal Supremo. Pero la ministra de Justicia ha recalcado que esa responsabilidad no afectaría al jefe del Estado por hechos anteriores a su actual cargo.

La segunda parte del testimonio, que Le Monde publicó ayer, abunda en la descripción de mecanismos utilizados presuntamente para extraer fondos irregulares a empresas de obras públicas en París; por ejemplo, de un contrato para la renovación de más de 3.000 ascensores. A medida que el sistema se desarrollaba, la casa ingresaba sumas cada vez más importantes, "aquí en Francia o en Suiza", dice Méry, para quien la casa era "ante todo un hombre, Michel Roussin" .

"Parto del principio de que yo lo hacía por cuenta de Jacques Chirac", cuenta el ex financiero del RPR. "No para el bolsillo personal de Jacques Chirac, esto quiero dejarlo claro en seguida, sino porque, como se trataba de la OPAC (Oficina de Obras Públicas) de la Ciudad de París, trabajábamos únicamente a las órdenes del señor Chirac". El aludido Roussin no ha hecho declaraciones; su abogado reitera que el testimonio carece de todo fundamento.

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El juez más directamente afectado por las revelaciones, Eric Halphen, es el que mandó a prisión preventiva al hombre que no quiso hacerle una confesión que, sin embargo, grabó en vídeo a los dos meses de quedar en libertad provisional. La causa, en la que llegaron a estar procesadas 60 personas, fue archivada a finales de 1999, aunque hay presentados varios recursos contra esa decisión. Cuando Méry murió el año pasado, víctima de un cáncer, la causa judicial referida aún continuaba abierta. Su testimonio podría reavivar un sumario que fue cerrado por falta de pruebas suficientes.

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