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La ONU rectifica y anuncia que vigilará para evitar irregularidades y fraudes en Kosovo

Jorge Marirrodriga

PristinaA falta de 48 horas para que los yugoslavos acudan a las urnas y elijan presidente, la administración de Naciones Unidas (Unmik) anunció un radical cambio de estrategia respecto a las votaciones que, presumiblemente, tendrán lugar en algunas zonas de Kosovo habitadas por serbios. La Unmik anunció ayer que no sólo sus representantes actuarán de "testigos" de las posibles irregularidades que se produzcan en cada una de las mesas, sino que además la Kfor protegerá tanto a los integrantes de las mesas como a los votantes y a los "testigos".

"Escoltar convoyes"

En cuestión de horas, las administraciones civil y militar de Kosovo han pasado del desprecio absoluto por las intenciones del Gobierno de Belgrado de celebrar las elecciones presidenciales yugoslavas también en territorio kosovar a advertir de que estarán muy atentas a cualquier irregularidad que se produzca en el proceso y de que su presencia en él será patente. La portavoz de Unmik en Pristina, Nadia Younes, incluso anunció que al anochecer de mañana, domingo, ya existirá un informe sobre la marcha de los comicios. Younes negó categóricamente que se hayan producido presiones de algún país (especialmente, Estados Unidos) para este cambio de estrategia, "aunque no es ningún secreto que Unmik consulta con los principales países integrantes este tipo de decisiones". La razón principal para entrar, al menos en parte, en el juego del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, sería la mala posición de éste en las encuestas en el interior de Serbia, que dan ventaja al líder opositor Vojislav Kostunica, quien encabeza una coalición de 18 partidos. Este hecho convierte los resultados en Kosovo en casi decisivos, y aunque el mismo Milosevic anunció ayer que no piensa abandonar el poder inmediatamente en caso de derrota -y la comunidad internacional está convencida de que hará lo que sea para no perder las elecciones-, Naciones Unidas ha optado por restar argumentos a una pretendida victoria del actual mandatario yugoslavo. "Hemos tomado esta decisión para evitar que Milosevic pueda manipular los resultados en Kosovo", reconoció Younes, que no obstante añadió: "Está claro que no consideramos legales estas elecciones, pero nuestra obligación es ver lo que ocurre en Kosovo".

Sin embargo, todavía quedan muchos interrogantes abiertos sobre la celebración de los comicios en esta provincia yugoslava. Los mandos militares de la fuerza internacional para Kosovo (Kfor) se negaron ayer, "por razones de seguridad", a explicar en qué consistirá el operativo, de manera que a pocas horas de la apertura de las urnas era imposible saber cuántas mesas electorales se instalarán mañana ni cómo llegará el material (urnas y papeletas) hasta Kosovo.

"Estamos acostumbrados a escoltar convoyes", señaló lacónico el comandante estadounidense Scott Slaten, portavoz de la Kfor. Slaten no quiso pronunciarse sobre si podrán entrar en Kosovo representantes (vocales y observadores) de los distintos partidos yugoslavos, ni explicó cómo se realizará ésto. "Hasta ahora no tenemos ninguna petición en este sentido", aseguró.Mientras, y en clara demostración de lo enrevesado que resulta el juego político en los Balcanes, los partidos albanokosovares se han lanzado a proclamar en los últimos días que no les importan las elecciones yugoslavas, pero dejan caer siempre el mensaje de que Milosevic y Kostunica "son lo mismo", o que es incluso peor Kostunica que el actual presidente. ¿Qué ha ocurrido para que los albanokosovares, moderados y radicales, quieran salvar ahora al político más demonizado en la región? La razón estriba en el anuncio realizado por el Departamento de Estado de EE UU de que, en caso de una victoria de la oposición, se levantarán las sanciones a Yugoslavia y cambiará la estrategia respecto a este país. Esto desbarataría el proyecto, en estos momentos posible, de la independencia para Kosovo. La base del programa electoral de las 36 formaciones que concurrirán a las elecciones locales del próximo mes de octubre quedaría deshecha.

Además, entre las consecuencias más inmediatas figuraría también la facilidad de tránsito de personas, con lo cual las comunidades serbias en la provincia podrían verse reforzadas. Fuentes de algunas ONG han asegurado que esta nueva situación haría disminuir la afluencia de fondos para la reconstrucción de la zona, "porque ya no sería necesario construirlo absolutamente todo como se está haciendo hasta ahora".

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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