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IX CONGRESO DEL PSPV-PSOE

La elección de la Mesa del Congreso revela el peso de Ciscar en el cónclave

Los socialistas valencianos eligieron ayer por asentimiento la Mesa de su Congreso. La composición reflejó la correlación de fuerzas de un fragmentado PSPV, que pretende en su IX Congreso cerrar una crisis que dura ya cinco años. La presidencia de la Mesa recayó en el alcalde de Alzira, el ciscarista Pedro Grande. Los partidarios de José Luis Ábalos colocaron a dos de los cinco miembros, Rafael Rubio y Rosa Sánchez; los de Joan Ignasi Pla, al alcalde de Algemesí, Emili Gregori; y los seguidores de Josep Bresó, a Celeste García.

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La composición de la Mesa del Congreso socialista fue objeto de duras negociaciones que se prolongaron desde la noche del jueves hasta el inicio de la asamblea, que tuvo que retrasar su comienzo en más de una hora sobre el horario previsto. Hasta el último minuto, los partidarios del candidato Joan Ignasi Pla, que propusieron que la presidencia del Congreso recayese en el alcalde de Elche, Diego Macià, amenazaron con presentar una lista alternativa, dada su oposición a la composición propuesta que apoyaban el resto de sectores.En el transcurso de las negociaciones quedó claro que el candidato Amador García carecía de respaldo orgánico suficiente como para colocar un representante en la Mesa del Congreso, igual que sus homólogos Andrés Perelló y Francesc Baixauli, que en su día apoyaron al ex ministro Antoni Asunción. Así las cosas, los partidarios del candidato José Luis Ábalos cedieron la presidencia a un representante de Espai Obert, el grupo de Ciprià Ciscar, a cambio de contar con dos representantes en el Mesa, uno de Valencia (Rafael Rubio) y otro de Alicante (Rosa Sánchez).

La propuesta de Pedro Grande como presidente de la Mesa del Congreso motivó que la composición final estuviese en función de la apretada correlación de fuerzas existente en la comarca de La Ribera Alta, donde ninguna familia cuenta con una mayoría clara. La presencia de Grande en la presidencia provocó que los seguidores de Pla colocasen a Emili Gregori en el órgano de gobierno del Congreso, mientras los asuncionistas situaron a Celeste García y los de Ábalos dejaron claro que el alcalde de Alzira asumía el cargo de presidente gracias a que su homólogo de L'Alcudia, Francesc Signes, no se había opuesto.

La candidatura propuesta para la Mesa, en un Congreso que se celebra en Alicante, provocó un notable malestar entre los delegados alicantinos, que constataron cómo se privaba a uno de ellos del papel de anfitrión y de ordenar la agenda de la asamblea. Una reivindicación que no se tuvo en cuenta, dado que la propuesta estuvo en función de la correlación de fuerzas entre familias y de los difíciles equilibrios que existen dentro de las mismas.

Ciprià Ciscar quiso dejar claro que los delegados que le acompañan son la fuerza determinante en este cónclave e insistió desde el principio en contar con la presidencia de la Mesa. Así, Espai Obert colocó a Pedro Grande, que ha sido uno de los miembros más críticos con el presidente de la gestora, Francisco Granados, y escenificó la presentación de la candidatura, que estuvo avalada por 16 portavoces de delegación, a través de Francisco Ruiz, que decidió ausentarse de las reuniones de la dirección provisionales del socialismo valenciano por sus discrepancias con Granados.

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Grande tras elegido por asentimiento afirmó que "la ilusión y la generosidad son los conceptos claves en esta asamblea para que los socialistas valencianos recuperen la confianza de la mayoría de los ciudadanos y conformen una nueva mayoría social".

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