Punto y seguido

El 'caso Ercros-Ertoil' no ha permanecido dormido durante los meses transcurridos desde que el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, sustituyó al fiscal del caso, Bartolomé Vargas, cuando éste se disponía a acusar formalmente al antiguo directivo de este grupo empresarial y hoy ministro de Exteriores, Josep Piqué. En este tiempo, la juez de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios, ha encontrado indicios suficientes para llamar a declarar como imputados a Javier de la Rosa, Juan José Folchi y José Luis del Valle, antiguos miembros del consejo de administración de Ercros. En el curso de la investigación, la juez deberá determinar el destino dado a los 41.000 millones de pesetas por la venta de la petrolera Ertoil en 1991 y aclarar el papel desempeñado en la misma por Josep Piqué a fin de que el Tribunal Supremo tome una decisión definitiva sobre si el caso es o no de su competencia.Ni la sustitución del fiscal ni la revocación de su dictamen, en vísperas de la formación del actual Gobierno en abril pasado, han impedido que la justicia siga atando cabos sobre la compleja operación de la venta de Ertoil, en la que se investigan posibles delitos fiscales, societarios y de alzamiento de bienes. De ahí que la explicación, a toro pasado, dada ayer por Cardenal en el Congreso sobre el relevo del fiscal Vargas en el caso Ercros, además de escasamente creíble -no es fácil explicar una decisión tomada en contra de la opinión técnico-jurídica de la Junta de Fiscales de Sala-, carezca a estas alturas de relevancia. Cardenal volvió a escudarse ayer en el Congreso tras el fiscal Aranda, superior inmediato de Vargas. Pero, aparte de formalismos jerárquicos -nadie más que Aranda podía transmitir a Vargas la decisión de apartarlo del caso Ercros-, el Consejo Fiscal y el conjunto de asociaciones fiscales y judiciales vieron la larga mano de Cardenal en una decisión adoptada mediante un procedimiento más que discutible, cuyo efecto político inmediato fue el de dejar libre de sospechas a un ministro en el crucial momento de la formación del nuevo Gobierno tras las elecciones del pasado 12 de marzo. Con este tipo de servicios se comprende que Cardenal sobreviva a los sucesivos gobiernos del PP. ¿Por qué va a tener prisa el Ejecutivo para cambiar un fiscal general tan obsequioso? A pesar de las piruetas de Cardenal, el caso Ercros sigue abierto y la justicia no ha dicho todavía su última palabra.