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Los comicios yugoslavos son "una farsa", según el presidente de Montenegro

Las elecciones presidenciales y legislativas yugoslavas del próximo domingo "son una farsa", aseguró ayer el presidente de Montenegro, Milo Djukanovic. El dirigente de la república que, con Serbia, aún forma Yugoslavia dijo que los comicios tienen un solo fin: la permanencia en el poder del "dictador" Slobodan Milosevic. Djukanovic reiteró su intención de boicotearlas y no participar en su organización, aunque no impedirá que los montenegrinos voten.

Djukanovic insiste en boicotear los comicios por los recientes cambios constitucionales, promovidos en julio por Milosevic y sin consultar con Montenegro, que reducen las competencias de gobierno de este territorio en la federación y que a la vez azuzan las aspiraciones secesionistas de la pequeña república (640.000 habitantes, frente a los 10 millones de serbios). El boicoteo, en cuanto al respaldo en las urnas, beneficia a Milosevic, pues sólo votarían sus partidarios y el presidente yugoslavo podría meterse en el bolsillo los 20 escaños que corresponden a Montenegro en la Cámara alta (de un total de 40) y los 30 de la Cámara baja (que reúne 138).Según Djukanovic, "la cuestión de la dictadura política en Belgrado sólo podrá resolverse en el futuro", puesto que Milosevic continuará "aplicando su propia estrategia [perpetuarse en el poder] sea quien sea el vencedor en las elecciones". Así opina también el líder del Partido Democrático serbio, Zoran Djindjic, que forma parte de la coalición enfrentada a Milosevic Oposición Democrática Serbia (DOS); pero Djindjic afina aún más en su predicción: Milosevic anunciará su victoria apenas dos horas después de cerrados los colegios electorales, asegura.

Aunque el presidente montenegrino dice que no impedirá a nadie que vote, su Gobierno rechaza cualquier participación en la organización de los comicios. Djukanovic aseguró hace unos días que "la simple participación en el escrutinio sería percibida como una contribución a la violencia constitucional de Milosevic contra Montenegro", en referencia a sus compatriotas partidarios del presidente yugoslavo, organizados en torno al Partido Socialista Popular (SNP).

La coalición que lidera Djukanovic (que tiene nombre y eslogan al tiempo: Por una Vida Mejor) ha organizado una campaña contra el voto en los comicios bajo este lema: "Yo no quiero votar, mi elección es Montenegro".

La réplica de Milosevic

Pero Milosevic acostumbra a replicar con dureza redoblada a los ataques o reticencias de sus adversarios. El primer ministro yugoslavo, Momir Bulatovic, anunció el lunes que Milosevic, hijo de padres montenegrinos, no se quedará cruzado de brazos y viajará a la tierra de sus progenitores para cosechar votos. Según el primer ministro, dará un mitin en Berane, al norte de Montenegro, donde el antisecesionismo es popular. No lejos de ese lugar está enterrado el padre de Milosevic.La visita es más que significativa, pues el líder serbio se ha mostrado especialmente cuidadoso en dosificar sus apariciones públicas y sus actos electorales durante la campaña. Se ha dejado ver, triunfal, en la inauguración de un gigantesco generador en una presa y de una fábrica de automóviles que fueron destruidas por los bombardeos de la OTAN. Aparte de atacar a sus opositores, a quienes califica de "infantería de la OTAN", Milosevic reivindicó en sus discursos la reconstrucción del país como un logro que reafirmaría su condición de imbatible.

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Salvo esas apariciones, la estrategia electoral de Milosevic prefiere ceñirse al uso y abuso de los medios de comunicación, que sirven al régimen y vierten sin descanso propaganda sobre la población. Eso es más efectivo que recorrer el país entre lluvia, aplausos, pedradas y lanzamiento de huevos (por parte de los seguidores de Milosevic), como hace su principal opositor, Vojislav Kostunica, también nacionalista. La amplia ventaja que, según los sondeos, beneficia a Kostunica pondrá a prueba la eficacia del aparato propagandístico del Estado y, en su caso, del fraude en los comicios.

A medida que se acerca la cita electoral, el ambiente se caldea, y no sólo por la represión a los opositores al régimen. La fuerza multinacional para Kosovo, Kfor, detuvo ayer, cerca del enclave serbio de Gracanica, a dos hombres que tenían en su poder una gran cantidad de explosivos, detonadores y armas de fuego. De acuerdo con Bernard Kouchner, administrador de la ONU para Kosovo, los detenidos pertenecen al Ejército yugoslavo.

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