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Carril para tractores en la Castellana

Lucía Abellán

Más de 50 vehículos obstaculizan el tráfico en Madrid en protesta por los altos precios del gasóleo agrícola

El centro de Madrid, normalmente atestado de urbanitas con rostros estresados, adquirió ayer un aspecto más agreste con la tractorada que se apoderó de las principales vías de la ciudad. Más de 50 tractores recorrieron la capital con un único objetivo: hacer oír la voz de los agricultores y de los ganaderos en el Ministerio de Economía, destino de esta original manifestación.Los trabajadores del campo, convocados por las organizaciones que representan al 90% del sector -COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) y Asaja (Asociación de Jóvenes Agricultores)- no se conforman con la determinación del Gobierno de no rebajar el impuesto sobre carburantes. "Nosotros y los pescadores no podemos sobrevivir con los actuales precios", exclamó ayer megáfono en mano el secretario general de Asaja, Juan Sánchez Brunete, cuando la tractorada alcanzó el Ministerio de Economía. Eran casi las tres de la tarde y los agricultores desplazados desde distintas zonas rurales de la provincia deMadrid llevaban ya más de cuatro horas paseando su protesta por la ciudad.

El día comenzó bien para los agricultores. La meteorología hizo un guiño a quienes dependen de lo que caiga del cielo para fijar su renta mensual. La lluvia acompañó el recorrido de los manifestantes por la ciudad hasta casi las dos, momento en que el sol empezó a despuntar. "El gasóleo no sé si nos lo van a bajar, pero agua sí que nos está cayendo", bromeaba Isidro Sánchez Roldán, agricultor de la localidad madrileña de Morata de Tajuña, de donde venía la mitad de los manifestantes. Sánchez Roldán acudió a Madrid con su tractor verde de hace 11 años y cuyo marcador acumula 7.351 horas de trabajo. Unos restos de ajo en el suelo del vehículo delatan su actividad. Toda su familia es de campo y él ha consagrado su vida a la tierra desde que nació. Pese a que su mirada transmite esperanza, el discurso es pesimista: "La agricultura española está hoy peor que nunca. Los precios cada vez son más baratos", se lamenta.

Aunque los trabajadores de la tierra reconocen que se encuentran en una situación límite, ayer era un día festivo para todos ellos. Perdieron su jornada laboral para encaramarse a un tractor que circulaba a menos de 20 kilómetros por hora en una ciudad que les abría paso. "Si todos los días fueran así, ya vendría yo más por Madrid", señalaba Isidro Sánchez. Unos 100 policías se ocupaban de que la tractorada transcurriese con normalidad y por los carriles previstos. Su presencia era más que notable en la hilera de tractores. "Hay más policías que agricultores", apuntaba uno de los manifestantes. "Es que abultamos mucho", explicaba un agente para justificar la presencia policial. No se registró ningún incidente. Más bien los viandantes recibían con cordialidad a unos vehículos voluminosos que coloreaban la que de otro modo habría sido una mañana gris en Madrid.

El sector agrícola y ganadero calcula que ha perdido 100.000 millones de pesetas por la subida de los precios del petróleo, que ha encarecido casi el doble el coste del carburante que consumen sus máquinas. Algunas de las pancartas que portaban los tractores enfatizaban este dato. "Marzo 1999=43 pesetas/litro. Septiembre 2000=84 pesetas/litro", rezaban los carteles. "Nos tienen que bajar el gasóleo como mínimo un 50%", señalaba Miguel de la Torre, un agricultor joven con el rostro curtido por el sol.

Otras proclamas pegadas a los tractores optaban por un verso fácil para aludir directamente al Gobierno: "Aznar, el gasóleo tienes que bajar. Rato, gasóleo barato". El cariz festivo de la manifestación se tornó más serio a su llegada al Ministerio de Economía. También ocurrió en la primera parada de los tractores, a las puertas del Ministerio de Agricultura. Los manifestantes dejaron claro con su itinerario quiénes eran los destinatarios de sus demandas. A las puertas de Economía, representantes de COAG y de Asaja entregaron un documento a la atención del ministro de Economía, Rodrigo Rato, con las tres peticiones básicas del sector: exención del impuesto especial de hidrocarburos para el gasóleo agrícola, aumento del porcentaje del IVA que se devuelve a agricultores y ganaderos y libertad para que las cooperativas agrarias puedan venderles el gasóleo agrícola más barato que las grandes petroleras.

Los manifestantes de ayer sabían que la tractorada no iba a ser suficiente para que el Gobierno cambiase de postura. Pero están dispuestos a insistir: "Somos las primeras hormigas de la marabunta. Después vendrán más movilizaciones", advertía Manolo Cardón, secretario general de AGIM, la Asociación de Ganaderos Independientes de Madrid integrada en COAG. Cardón garantizó que las próximas medidas incluirán el corte de carreteras en los municipios donde trabajan agricultores y ganaderos. "Esto es como un toque de atención; luego, ya se verá", vaticinaba Félix Rodelgo, otro agricultor de Morata de Tajuña mientras degustaba pan con tomate a las puertas del ministerio. Los productos de la huerta abundaban en el almuerzo de los jornaleros.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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