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El líder conservador iraní releva al jefe de la policía tras una ola de disturbios

Provocación del régimen

El Guía de la Revolución Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, destituyó fulminantemente el pasado domingo al jefe supremo de la policía iraní, el general de brigada Mohamed Reza Nadqi, cuando hacía apenas cuatro meses que le había designado para este cargo, nombrando en su lugar a un militar de su confianza, el general Abolhossein Ramezan, estrechamente vinculado a los sectores conservadores del régimen religioso y dirigente a su vez de la milicia Guardianes de la Revolución o Pasdarán. El cese del mando policial se produce pocos días después de que se hiciera público un informe de dudosa imparcialidad, según la oposición reformista, firmado por la Organización de Inspección General del Estado, una instancia dominada por los conservadores, en la que se acusa al viceministro del Interior, el renovador Mostafá Tadjzadeh, de ser el responsable de unos desmanes estudiantiles originados el pasado 23 de agosto en la Universidad de Jorammabad, al oeste del país, que se saldaron con un muerto y decenas de heridos y de los que se exculpa a las milicias islamistas ultraconservadoras de los Bassiyis.

El mando policial destituido había sido nombrado jefe supremo de las fuerzas de seguridad el pasado mes de junio, en sustitución del general Hedayat Lotfian, un militar de carrera aliado a las fuerzas conservadoras al que los estudiantes odiaban y acusaban de ser el responsable de numerosas provocaciones y del asalto de la Ciudad Universitaria de Teherán. En esta acción, ocurrida en el mes de julio de 1999, se registraron varios muertos y centenares de heridos y supusó la revuelta popular más importante acaecida en Irán desde el triunfo de la revolución islámica.

La destitución el domingo del jefe policial ha sido calificada en los medios estudiantiles como una nueva provocación del régimen, ya que se produce en un momento especialmente delicado, mientras se prepara la reapertura del curso en la universidad y se programan las movilizaciones de la campaña de las elecciones presidenciales del año 2001, en la que se enfrentarán nuevamente los sectores reformistas y los conservadores.Ayer, los líderes reformistas del movimiento estudiantil difundieron entre sus militantes y seguidores la consigna de adoptar una "calma activa", que "evite al mismo tiempo el silencio y eluda caer en las provocaciones y en las confrontaciones físicas", según recalcó un dirigente universitario de la Oficina de la Consolidación de la Unidad, la principal plataforma de los estudiantes renovadores.

La prensa local informaba ayer, por otra parte, de unos incidentes acaecidos el pasado domingo en la localidad de Urumieh, al oeste de Irán, donde centenares de personas, supuestos reformistas, se lanzaron a la calle al grito de "libertad" y destruyeron vehículos y comercios en represalia a la negativa de sus propietarios a cerrar sus tiendas y acudir a un acto oficial que se estaba celebrando en la ciudad presidido por el presidente y líder reformador, el ayatolá Mohamed Jatami.

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