Cae la popularidad de Jospin por el alza de los carburantes

La popularidad del primer ministro de Francia, el socialista Lionel Jospin, se ha hundido entre 18 y 23 puntos en menos de cuatro meses, según dos encuestas difundidas el pasado fin de semana, que confirman una tendencia ya apuntada por otras anteriores. La culpa principal de esta situación reside en los altos precios de los carburantes: un sondeo de Sofres, publicado ayer por Libération, asegura que nueve de cada diez franceses desea una rebaja de los impuestos sobre los carburantes.

A las tres semanas de haber presentado un plan de rebajas fiscales que no contemplaba la de los combustibles, el Gobierno se encuentra con que los franceses conceden prioridad a ese asunto. Del bache en el que ha tropezado el primer ministro no saca ventaja el presidente de la República, Jacques Chirac, cuya popularidad también desciende, si bien con menos brusquedad que la de Jospin. En días pasados, algunas voces de la derecha francesa restregaron a éste la firmeza exhibida por Tony Blair frente a las manifestaciones británicas, comparándola con las concesiones que su colega francés hizo a los transportistas para que levantaran el bloqueo de 70 refinerías.

Sin embargo, al otro lado del canal de la Mancha la opinión pública juzga con severidad la arrogancia exhibida por Blair y los tories aventajan a los laboristas en las últimas encuestas.

En Francia, por el momento, la gasolina hace arder un poco a toda la clase política.Los socios comunistas azuzan a Jospin para que baje la tasa sobre productos petrolíferos al menos 30 céntimos de franco (7,5 pesetas) por litro. Ocurrió el pasado fin de semana, durante la fiesta de L'Humanité. El primer secretario del Partido Comunista, Robert Hué, defendió el coche como un bien de primera necesidad, por ser un "elemento estructural" de la sociedad, y exigió que el Estado recaude menos impuestos para lograr la rebaja de unos precios ciertamente elevados -el litro de gasolina sin plomo está al borde de las 200 pesetas-. El Partido Comunista proyecta incluso manifestaciones para el jueves, a las que, desde luego, el Partido Socialista rehúsa sumarse.

Los Verdes, que también forman parte de la izquierda plural en el Gobierno, han sostenido, por el contrario, un impulso fuerte al transporte colectivo.

Los consejeros de Jospin discuten si el primer ministro debería lanzar una ofensiva inmediata, tal vez mañana con motivo de la presentación del proyecto de Presupuestos para 2001; o mejor aguardar a que se celebre el referéndum constitucional del próximo domingo, al que -ésa es otra- sólo piensa acudir a votar un tercio del cuerpo electoral. Los otros dos tercios se quedarán en sus casas, según los sondeos.