Cuatro minutos eternos para los padres

La gesta olímpica de Isabel Fernández desató ayer la euforia en el Yudo Club Alicante y en Torrellano, localidad natal de la deportista, a mitad de camino entre la capital y Elche. "Es una valiente, y se merece este gran triunfo por su fe y por su esfuerzo", declaró, emocionado, su padre, Aquilino Fernández, en medio del asedio de cámaras y micrófonos . Acompañada de una docena de amigos y vecinos, la familia de Isabel presenció los cuatro primeros combates en su domicilio de Torrellano, y para presenciar la final se desplazaron hasta el gimnasio de Aquilino, uno de los cuatro hermanos de la campeona, todos ellos practicantes de yudo. Fueron cuatro minutos eternos, antes de que el cava corriera entre la saga de los Fernández y la alegría se desbordó en esta pedanía ilicitana.Al mismo tiempo, en Alicante, una treintena de monitores, empleados y alumnos del Yudo Club experimentaban las mismas sensaciones de emoción y entusiasmo. "Ha sido y será inolvidable", relataba ayer Juan José Alfonso, cuñado de la medallista. "Al menos quince niños que se preparan en el gimnasio se han venido desde la escuela para presenciar con nosotros la final, y cuando hemos visto las lágrimas de Isabel, todos hemos llorado de emoción y alegría.

El Yudo Club Alicante organizó ayer mismo un brindis de honor en sus instalaciones para celebrar la victoria de Isabel. Al acto asistieron familiares y amigos de la campeona, quienes volvieron a revivir a través del vídeo la culminación de la extraordinaria carrera de la yudoca de Torrellano: campeona de Europa, del mundo, y ahora, oro olímpico.