El afeitado mágico de Nina
La española Yivanévskaia, cuarta en semifinales, pasa a la final tras quitarse el vello
Buenas sensaciones
Lo dijo dos veces en un minuto: "Esta mañana me he afeitado, y luego he nadado muy bien. No renuncio a nada". Tras el rasurado mágico de su vello, la malagueña de Moscú Nina Yivanévskaia pasó a la final de los 100 metros espalda (hoy, 08.00 en la península) tras dar una sensación de comodidad en la semifinal: tercera en su serie, de altísimo nivel, y cuarta en total. Dos de sus rivales más temidas, las alemanas Volker y Buschchulte, fueron eliminadas.Yivanévskaia tenía previsto no hacer dos cosas hasta hoy: quitarse el vello, antes de la final, y hablar con la prensa, después. Pero hizo las dos ayer. La primera se debió probablemente a la necesidad de una inyección de confianza tras el quinto puesto en las eliminatorias, un pelín preocupante para la triple campeona de Europa. De modo que recurrió al talismán, preparado desde hace meses: "Me estoy dejando crecer el vello, pero no porque sea una guarra, sino para afeitármelo con espuma el último día. Eso me dará más contacto con el agua y nadaré más rápido", dijo a este diario en agosto, durante su concentración en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona).
La española fue flexible al utilizar ese recurso, y todo indica que acertó, porque la serie estaba llena de nadadoras de postín: cinco de las seis primeras en el escalafón de este año. El mínimo desliz podía dejar a Yivanévskaia fuera de la final olímpica que constituye el principal objetivo de su vida desde que se enamoró de un andaluz, Francisco Medina, hace cuatro años. Pero la malagueña de Moscú nunca estuvo en peligro: fue la segunda en el viraje de los 50 metros, sólo superada por la japonesa Mai Nakamura, plusmarquista mundial del año. Y los resultados finales confirmaron que su serie era bastante más fuerte que la otra, donde sólo la rumana Diana Mocanu nadó más rápido que ella (1.01.41).
Yivanévskaia dejó todavía un margen de esperanza para la final: su mejor marca del año, la tercera del mundo, es 1.01.02, conseguida hace poco más de dos meses en el Europeo. Y se supone que ahora puede nadar aún más rápido que cuando se proclamó campeona continental, lo que le permitiría acercarse al mejor registro de su carrera y séptimo de todos los tiempos hasta ayer: 1.00.83. Sólo Mocanu (1.00.70) bajó de esa marca.
Cuando se metió en el túnel que comunica la piscina con los vestuarios, Yivanévskaia irradiaba la sonrisa de quien se acaba de quitar un gran peso de encima, aunque todavía soporte otro más grande. Necesitaba comunicar su alegría y explicar lo formidable que fue su afeitado: "Las sensaciones han sido excelentes. He ido muy suelta y he pasado a la final sin sufrir mucho. Ahora soy capaz de todo. Veo muy fuerte a la rumana, bien a la francesa y como me esperaba a las japonesas. Pero yo también cuento", aseguró. Ya tenía claro el plan hasta la final: "Ahora voy a nadar un poco. Luego, relajación, masaje, cena y a dormir. Por la mañana , descanso absoluto. Puede ser el día más importante de mi vida, y no quiero gastar ni un poquito de energía hasta que llegue el gran momento".Y allá se fue, con su bañador negro clásico, no el de cuerpo entero que utilizan algunas de sus rivales. La malagueña de Moscú pasa de leyes aerodinámicas y sofisticaciones de laboratorio; lo que le pone a cien es el contacto con el agua después de un buen afeitado.
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