Tom Dolan respira tranquilo

Convertido en el capitán de facto del equipo, Tom Dolan dio una alegría a Estados Unidos con su victoria en los 400 metros estilos. Naturalmente hubo otro récord mundial (4.11.76 minutos), como aconseja la buena educación en Sydney. Los norteamericanos, que andaban deprimidos después de su mediocre jornada inicial, celebraron con champán el triunfo. Dolan celebró a gritos la medalla de oro. No le resultó difícil ganar. Primero porque es el mejor especialista del mundo, y así lo dice su historial: campeón del Mundo en 1994 y campeón olímpico en 1996. También porque no hay grandes especialistas en estos momentos. El hundimiento del finlandés Jani Sievinen en Atlanta ha dejado a Dolan solo a la cabeza de la prueba. Nadador de grandes condiciones, ha pasado más problemas con el asma que con sus rivales. En alguna ocasión ha llegado a perder el conocimiento después de una carrera, y no pocas veces ha tenido dificultades para estar a la altura de sus registros por sus dificultades respiratorias. En Atlanta donde le daba como seguro ganador en tres pruebas sólo consiguió el oro en los 400 estilos. Dolan no se hizo el bravucón ante la prensa. Reconoció la importancia de su oro, pero elogió a los australianos, "por dedicar a la natación todo el interés que falta en Estados Unidos".