El Premio Lope de Vega y el Ayuntamiento

Soy Raúl Hernández Garrido, dramaturgo, con diversos premios como el Calderón, el SGAE y... el Lope de Vega. Este último, uno de los más destacados en lengua española, al estar concedido por el Ayuntamiento de Madrid, solía llevar asociado el estreno en el Teatro Español. Así fue hasta 1997, cuando se premia mi obra Los engranajes.En un primer momento, el mismo señor Juan Antonio Gómez-Angulo, a la sazón concejal de Cultura, me busca para confirmarme la producción de mi texto y me emplaza para próximas reuniones. Durante ese tiempo, casi un año, el Lope de Vega premiado el año anterior se estrena en el Español (recientemente, el mismo texto ha gozado de un segundo montaje, con apoyo del Ayuntamiento). Mis llamadas se hacen más insistentes (en ocasiones una diaria) para concertar nuevas reuniones, pero son aplazadas con excusas cada vez más peregrinas.

Asimismo, envío el texto al señor don Gustavo Pérez Puig por correo certificado con acuse de recibo (aunque sé que el mismo Ayuntamiento se lo ha proporcionado) e intento una reunión con tan insigne persona sin resultado. Fuera de este contexto, el experimentado director Francisco Vidal se interesa por mi obra para su puesta en escena.

El tiempo pasa, Gómez-Angulo pasa a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid y doña María Jesús Fraile es la nueva concejal de Cultura, si bien con la supervisión del primero. En un encuentro "fortuito" con el señor Gómez-Angulo, él aún muestra intención de estrenar el premio, pero ya buscando una solución que no implique al Español. Doña María Jesús Fraile se encarga diligentemente del tema. Mientras tanto, sigo pidiendo entrevistas con el director del Teatro Español, y allí se me dice que no han recibido ningún texto de mi obra (?).

Me introduzco personalmente en las oficinas del Español para entregar el texto en mano. Soy detenido antes de llegar al despacho del insigne Pérez, pero su secretaria se hace cargo del libreto.

Doña María Jesús Fraile, en sucesivas entrevistas, me va destruyendo esperanzas, y cuando le pido no ya la producción, sino una subvención, sólo me ofrece alguna Casa de Cultura de distrito donde a lo mejor podría exhibirse, nada más. Mientras, Francisco Vidal sigue adelante con el montaje, con apoyo del Ayuntamiento o no.

Este año se nombra nuevo concejal de Cultura, el señor don Fernando Martínez Vidal (tercero en la negociación), con el que continúo conversaciones, solicitando ahora de él la impresión de carteles, programas y publicidad institucional. Tras una agradable primera entrevista, las conversaciones se detienen hasta un vago "pasado el verano".

Y llega septiembre. Los engranajes se estrena en la Sala Pradillo sin ninguna ayuda del Ayuntamiento. Un estreno que no puede alegrarme completamente, ya que sin ese apoyo se ve condenado a quedarse en 13 funciones y luego desaparecer, sin importar el éxito de público y crítica que está recibiendo. Aun así, todavía espero que el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid me dirija la palabra.- Premio Lope de Vega 1997.