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Sydney 2000

España baila a Corea

El conjunto de Iñaki Sáez debuta con un buen partido ante la floja selección asiática

El ritmo en la circulación de balón muy alto. Esta fue la sencilla receta con la que España acabó de golpe con las miles de horas de preparación con las que la República de Corea había llegado a estos Juegos; con sus minuciosos entrenamientos y con los cuerpos estilizados de sus futbolistas. Al final, mandó el balón. Y en esos términos, Corea sigue estando muy lejos de España, que es una autoridad en la materia. Esta selección de Iñaki Sáez se expresa sin la presión que acompaña y atenaza a su hermana mayor. Actúa con naturalidad y clarividencia. Lleva dos años jugando de la misma manera. Y Sáez, un tipo sereno e inteligente, ya se lo advirtió a sus muchachos antes de salir ayer al estadio Hindmarsh de Adelaida: "Quiero que penséis en el Mundial sub 20 de Nigeria. El primer partido es vital ganarlo". La referencia no podía ser más positiva: muchos de estos chicos (Gabri, Xavi, Marchena, Aranzubia, ...) acabaron adjudicándose aquel campeonato. Así que ayer empezaron de idéntico modo: arrasando. Cierto que se trataba de un rival menor, con una de las peores defensas que se recuerdan, pero España debía emplearse con contundencia y lo hizo, sin repetir pasadas amargas experiencias (aquel empate a dos ante Corea en el Mundial de Estados Unidos). Los chicos de Sáez, además, firmaron dos de los grandes goles que se recordarán en este torneo. El primero tras un zurdazo dificilísimo de Velamazán; el segundo, tras un zigzagueo de José Mari. Ambos muy bellos.España resolvió de un plumazo todas las dudas que le planteaba el poderoso físico de los coreanos. Como coincidían en el hotel, los españoles veían con frecuencia a los coreanos. Y pensaban: ¡qué altos! Otras veces se cruzaban en el gimnasio de hotel y los españoles mascullaban asombrados: ¡qué musculosos! Temores infundados. Acudió a los 10 minutos Toni Velamazán a la luna del área, amortiguó con el pecho el balón que había centrado Gabri, y lo golpeó tras el bote con tal potencia y precisión que lo envió a la escuadra izquierda de Kim, el portero coreano. Y así fue como Toni Velamazán, el patito feo de la Quinta del Mini, se presentó en el torneo olímpico con un gol esplendoroso, un prodigio de técnica y precisión que desmoronó toda la musculatura coreana.

COREA 0 / ESPAÑA 3

Corea: Yong Dae; Sang Sik, Dong-Hyuk, Jae-Hong; Kang Chul (Sim, m. 31), Do-Kyun (Lee Dong-Gook, m. 58), Ji-Sung, Young-Pyo; Jong-Su; Do-Hoon y Chun-Soo (Park Jin-Sub, m. 77).España: Aranzubia; Lacruz, Marchena, Amaya, Capdevila; Velamazán (Ferrón, m. 67), Albelda (Ismael, m. 79), Gabri; Xavi; José Mari (Luque, m. 75) y Tamudo. Goles: 0-1. M. 10. Centro de Gabri, que para Toni Velamazán con el pecho al borde del área y su tiro se cuela por la escuadra. 0-2. M. 25. Gabri quita un balón en el centro del campo, pasa a José Mari y éste marca desde el punto de penalti. 0-3. M. 36. Tamudo penetra por la izquierda hasta la línea de fondo y su centro lo remata Xavi. Árbitro: Felipe de Jesús Ramos Rizo (mexicano). Amonestó a Lacruz, Albelda y Park Jin-Sub. 14.016 espectadores en el estadio Hindmarsh de Adelaida.

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Entonces se vio que detrás de la aparatosa armadura no había nada. Que las diferencias entre el fútbol asiático y el español siguen siendo siderales. Que era un rival para golear. Y a ello se aplicó España sin pestañear. Con la corrección e inteligencia que ha caracterizado a este equipo desde que se hiciera cargo Iñaki Sáez. Bastó que se juntaran un rato Gabri, Xavi, Tamudo (todos ellos por debajo de 1,75 de altura) con el milanista José Mari. Tamudo y José Mari, por cierto, formando una pareja de baile más que interesante. El delantero de Milan coleccionó un puñado de variados quiebros antes de dejar sentenciado el encuentro. Otro tanto muy hermoso.

El combinado español fue fiel a sus principios: el balón al piso, el tránsito rápido por las bandas y la cabeza privilegiada de uno de sus centrocampistas, Xavi, que sabe qué es lo más conveniente en cada momento. Es difícil encontrarle algo mal hecho al mediocampista del Barcelona. Su dominio del juego es extraordinario. Su entendimiento con Gabri, absoluto.

Muy grandes, pero muy torpes. Así eran los dos centrales de Corea. Desde juveniles probablemente los jugadores españoles no se habían topado con un par de centrales tan patosos. En el área pequeña uno podía hacer lo que quisiera con tal de cumplir dos condiciones: ser español y tener un poquito de habilidad. Los requisitos los seguían tanto Tamudo como Gabri y José Mari, que se pusieran las botas. El paso a la siguiente fase lo tiene España en el bolsillo, sobre todo viendo que Chile vapuleó ayer a Marruecos y que se clasifican para cuartos los dos primeros de cada grupo.

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