Nacionalismo
Ahora que están a punto de empezar los Juegos Olímpicos, quisiera señalarle que el caso de Niurka Montalvo me parece una sublimación de la idiotez de los nacionalismos. ¿Qué tendrá que ver su capacidad de saltar con la bandera que luce en su camiseta? Un atleta no salta, nada o corre gracias a su españolidad o su cubanismo, sino al esfuerzo de sus piernas y brazos combinados. Todo lo más, habrá tenido la fortuna o la capacidad atlética de entrenarse y alimentarse en un centro deportivo de un determinado país. ¿Y qué?Vamos a ver: el tenista Marat Safin, que acaba de ganar el Torneo Abierto de Estados Unidos, es ruso, se hizo tenista en Valencia y tiene una novia española. ¿De quién son el mérito y la gloria de los sartenazos que pega con la raqueta? En mi opinión, de la novia.
En los Juegos, como en el Abierto de Nueva York o en el Tour, cada atleta debería representarse a sí mismo, al gimnasio que lo formó o a la marca comercial que lo subvenciona. Lo demás son pamplinas.- Fernando Schwartz. Madrid.
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