El Supremo confirma que el ex capitán Nikitin es inocente de espionaje y traición

Alexandr Nikitin ya puede respirar tranquilo. El Presidium del Tribunal Supremo ruso, una instancia ante la que ya no cabe apelación, rechazó ayer la pretensión de la fiscalía de anular el veredicto de inocencia dictado en mayo en el proceso abierto contra el ex capitán de la Marina detenido en 1996 y encarcelado durante nueve meses acusado de espionaje y alta traición. No sólo él cantó victoria. También lo hicieron la organización ecologista noruega Bellona, a la que el militar facilitó datos sobre el estado desastroso de la Flota del Norte, y, en general, quienes piensan que la ley tiene una oportunidad de vencer en Rusia a los servicios secretos.El Servicio Federal de Seguridad (ex KGB) ha tardado más de cuatro años en soltar su presa, a la que pretendía convertir en un ejemplo de lo que cuesta desafiar el secretismo en Rusia. Las circunstancias que rodearon la catástrofe del Kursk supusieron un inesperado apoyo moral para el procesado, que facilitó a Bellona datos sobre los sistemas de seguridad de los reactores nucleares. Además, el oficial contribuyó a la elaboración de un informe del grupo ecologista sobre la contaminación provocada por los obsoletos sumergibles. Nikitin, convertido en símbolo de la libertad de expresión, aseguró ayer que la decisión del Supremo constituye "un pequeño, muy pequeño, paso hacia la creación de un Estado de derecho". No hay precedentes en Moscú de absolución de un procesado por alta traición. En julio de 1999, fue condenado a tres años (y liberado gracias a una amnistía) el capitán de fragata Grigori Paskó, que entregó a una cadena de televisión japonesa un vídeo que mostraba vertidos ilegales de desechos radiactivos por parte de la flota rusa del Pacífico.