La confederación hidrográfica apoya el trazado proyectado para el trasvase Júcar-Vinalopó
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) apoya el trazado actual proyectado para el trasvase Júcar-Vinalopó, que costará más de 33.000 millones de pesetas, a pesar de que el Plan Hidrológico Nacional prevé como parte del trasvase del Ebro hasta tierras de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería una conducción que también uniría los ríos Júcar y Vinalopó muy próxima a la que ahora se quiere construir. El presidente de la CHJ, Juan Manuel Aragonés, no vio ayer objeción en esta cara duplicidad de infraestructuras y dijo que son complementarias.
El trasvase Júcar-Vinalopó, tal y como está proyectado, conducirá agua desde el embalse de Cortes hasta Villena, desechándose en su día la posibilidad de enviarla desde el de Tous (30 kilómetros aguas abajo de Cortes) a pesar de que produciría, según la oposición y los ecologistas, un menor impacto ambiental. Por otro lado, el trasvase del Ebro que prevé el Plan Hidrológico Nacional (PHN) está diseñado con una conexión entre el Júcar y Vinalopó entre Tous y Villena. De hacerse así, habrá dos trasvases (una de las obras más criticadas por su impacto ecológico) de 70 kilómetros de largo, apenas distantes 30 kilómetros y con el mismo destino: Villena. PSPV y EU ya han criticado esta falta de planificación, tildándola de cara e insostenible, y han pedido la modificación del proyeco para que una sola infraestructura sirva para los dos envíos.Sin embargo, Aragonés argumentó ayer que el trasvase Júcar-Vinalopó, "una de las obras claves del Plan Hidrológico del Júcar", figura en el PHN como obra pendiente de construcción. Por ello, lo dio por hecho. La obra, que ya salió a licitación, sólo está pendiente de una declaración de impacto favorable del Ministerio de Medio Ambiente.
El presidente de la CHJ remarcó ayer la diferencia entre trasvase (canales entre distintas cuencas hidrográficas) y transferencias (entre ríos de una misma cuenca) y apostó por construir ahora la conexión Júcar-Vinalopó. Luego, si el plan nacional da vía libre al trasvase del Ebro, que a su juicio de momento sólo es una idea sobre un papel, habrá que ver por dónde va. Y ante la afirmación de los ecologistas de que el agua del Ebro puede llegar al embalse de Tous pero no al de Cortes, por lo que no se podría aprovechar para ambos usos el trazado ahora proyectado del trasvase al Vinalopó, Aragonés dijo: "Casi todo es posible".
A la espera de las lluvias de otoño
La travesía del desierto que ha supuesto el peor curso hidrológico de los últimos años (290 milímetros) ha dejado la cantimplora vacía: los embalses de la cuenca sólo atesoran 256 hectómetros cúbicos, apenas el 40% de lo que es normal para estas fechas. La media de los últimos 10 años ha sido de 588 hectómetros cúbicos y la de los últimos 20, algo más: 597. Para la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) por suerte se cerrará el año, el próximo día 30, sin restricciones y ya sólo cabe mirar al cielo y ver cómo vienen las ansiadas lluvias de otoño, invierno y primavera. "Va a llover", aseguró ayer Juan Manuel Aragonés, presidente de la CHJ, "es una cuestión clara y evidente". Otra cosa es la cantidad de agua que caiga de aquí a abril. Si llueve tan poco como en los tres últimos años, malo.Esos 256 hectómetros apenas suponen el 8% de la capacidad de los embalses, algunos de los cuales están "vacíos desde el punto de vista técnico". La causa de tan grave situación: ni ha llovido en las zonas de riego, lo que no ha permitido ahorrarse desembalses, ni lo ha hecho en las cabeceras de los ríos, por lo que no ha habido aportaciones a los embalses. Con tan poca reserva la planificación es sencilla: cerrar los embalses en septiembre con 200 hectómetros, liberar agua sólo cuando haya aportes y establecer el sistema de tandeo (una semana riegan unos, otra semana otros). Y mientras, a mirar al cielo.
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