El hombre muerto en San Blas asaltó joyerías junto a otros 16 atracadores

Agentes del grupo XII de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía inspeccionaron en la mañana de ayer la vivienda. La investigación les condujo a otros dos domicilios de la banda, situados en la Vía Lusitana número 68 (Carabanchel) y en la calle de Ricardo Beltrán y Rozpide, 19 (Usera).En los pisos localizaron numerosas joyas procedentes de los robos perpetrados supuestamente por la banda y vales de casa de empeño, según informó anoche la Jefatura Superior de Policía. Sólo en la vivienda de la calle de Usera se decomisó un kilo y medio de joyas. Los agentes también requisaron cuatro pistolas (dos de ellas de fogueo) y recuperaron el botín del robo. Era una saca procedente del furgón blindado que contenía 100.000 pesetas en monedas de 100.

En las dos viviendas visitadas por la policía fueron detenidas dos personas. Una de ellas, Luz Edith P., de 24 años, es "la jefa de la banda y la más peligrosa de todos los detenidos", según explicaron fuentes de la investigación. La mujer está embarazada de cuatro meses. La policía también intervino varios teléfonos móviles con los que se comunicaban los detenidos.

El hombre fallecido en el atraco, Jussef Naym Yamil Morales, de 23 años, está acusado de participar en varios robos a locutorios y joyerías, en especial de la zona de Carabanchel y Usera. Según la policía, llevaba un año de estancia en España. Varios de los empresarios víctimas de robos han identificado ya a alguno de los detenidos como supuestos autores de los robos. La investigación policial sigue abierta para determinar la posible implicación de los detenidos en más robos.

Las bandas colombianas de atracadores nunca, hasta ayer, habían asaltado un furgón blindado de transporte de dinero, según la policía. El robo de San Blas demuestra su concienzuda preparación de los golpes, ya que las empresas de seguridad modifican cada semana sus rutas.

Los dos vigilantes de Securitas que intervinieron en el tiroteo mortal, de 35 y 50 años de edad, prestaron ayer declaración en la Brigada de Policía Judicial. Ambos reiteraron que apretaron el gatillo porque "vieron que su vida corría peligro". "Nos dispararon por todos los sitios y ha sido un milagro que no nos dieran", comentó uno de ellos a la policía.

Los guardas se encontraban en su domicilio ayer por la tarde, y han sido citados ante el juez para que testifiquen el próximo jueves. Las pruebas de balística determinarán cual de los dos agentes efectuó el disparo que mató al atracador.