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Tribuna:UN NUEVO RETO PARA LA ONU
Tribuna
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La reforma de las operaciones de paz

El autor, uno de los principales colaboradores de Kofi Annan, recuerda que la ONU fue creada "para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra".

Kofi Annan acaba de hacer público el informe del Grupo de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas, el cual tuve el gusto de presidir. La carta que el secretario general de las Naciones Unidas dirigió con este motivo a los Estados miembros concluye en estos términos: "Confío en que en el informe del Grupo, y en particular en su resumen ejecutivo, se señale a la atención de todos los dirigentes que vengan a Nueva York en septiembre de 2000 para participar en la Cumbre del Milenio. Esa reunión histórica de alto nivel brinda una oportunidad excepcional para que comencemos el proceso de renovar la capacidad de las Naciones Unidas para asegurar y consolidar la paz. Solicito el apoyo de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad para convertir en realidad el programa de vasto alcance contenido en el informe".Confiamos en que este llamamiento sea escuchado. La organización fue creada "para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra". Éste es el objetivo más relevante de la organización y, en gran medida, es el criterio por el cual será juzgada. Durante los últimos 10 años, debido particularmente al cambio en la naturaleza de los conflictos en el periodo posterior a la guerra fría, Naciones Unidas ha experimentado varios fracasos, como la tragedia de Ruanda en 1994 y la de Srebrenica en 1995.

Durante cuatro meses nuestro grupo ha evaluado esta importante actividad y ha propuesto una serie de recomendaciones con miras al futuro. El grupo puso todo su empeño y objetividad en esta tarea, teniendo presente la importancia de Naciones Unidas y la función irremplazable que tienen y que deben mantener en el mundo.

Aquellos que están a favor de la intervención de las organizaciones regionales en el mantenimiento de la paz, deberían tener en cuenta el caso de la Organización para la Unidad Africana, la cual, a pesar de los loables esfuerzos de sus líderes, ha llegado al límite de su capacidad. Incluso la propia OTAN, para continuar la gran responsabilidad que había asumido unilateralmente en Kosovo, se vio obligada a recurrir a Naciones Unidas para llevar a buen término dicha operación.

Sin embargo, debemos admitir que la organización difícilmente cuenta con las condiciones necesarias para realizar lo que la comunidad internacional espera de ella. La necesidad del cambio es más evidente que nunca, sobre todo teniendo en cuenta los penosos sucesos que tuvieron lugar en Sierra Leona. A menos que se logren cambios institucionales de importancia, un apoyo financiero más sólido y el compromiso renovado por parte de sus miembros, en los próximos meses y años Naciones Unidas no dispondrá de los medios necesarios para llevar a cabo las tareas cruciales del mantenimiento y la construcción de la paz, funciones encomendadas por los Estados miembros.

Nuestro grupo no es el único que ha llegado a esta conclusión. Los Estados miembros y el secretario general coinciden con esta idea. Pero el público en general no está informado de que en la sede de Naciones Unidas hay sólo 32 funcionarios militares encargados de planear las operaciones de mantenimieno de la paz, reclutar a los contingentes y dirigir a las tropas, que en este momento suman más de 28.000 efectivos. El público tampoco sabe que en la secretaría de Naciones Unidas se cuenta con sólo nueve oficiales de policía que se encargan de apoyar, dirigir e informar a los más de 7.000 policías civiles de 50 países que están repartidos en distintas operaciones de paz de Naciones Unidas alrededor del mundo. La situación de la administración civil es igualmente precaria. De hecho, lo milagroso es que no se produzcan más fracasos o descuidos. Por ello, deberíamos rendir homenaje a estos hombres y mujeres, que con dignidad y en silencio están dedicados día y noche a apoyar a aquellas personas que necesitan ayuda en todo el mundo.

En el informe, consideramos con detalle todos estos problemas, y muchos más, y damos soluciones concretas. Creemos que nuestras recomendaciones son un buen comienzo en el fortalecimiento de la capacidad de Naciones Unidas para resolver conflictos. Asimismo, el secretario general se mostró complacido con nuestro informe y así lo refleja en la carta que dirige a los Estados miembros en la cual indica que "el análisis del grupo es franco pero equilibrado; sus recomendaciones son de amplio alcance, pero sensatas y prácticas". En la misma carta, Kofi Annan anuncia el nombramiento de Louise Frechette, vicesecretaria general, para que se ocupe del seguimiento de las recomendaciones del informe y para que supervise la preparación de un plan de acción detallado que será presentado el próximo otoño por el secretario general, tanto a la Asamblea General como al Consejo de Seguridad.

Esta decisión debe ser recibida con satisfacción por dos razones: en primer lugar, porque confirma la determinación de Kofi Annan para hacer todo lo que esté a su alcance para hacer efectivas las recomendaciones hechas por el grupo, y en segundo lugar, porque Louise Frechette está más cualificada que nadie para asumir esta responsabilidad que le asignó el secretario general. Antes de ocupar su cargo actual, la señora Frechette fue embajadora de Canadá ante Naciones Unidas, viceministra de Finanzas y, posteriormente, viceministra de Defensa. Teniendo en cuenta la decisiva determinación que Canadá tiene con las fuerzas de mantenimiento de la paz, Louise Frechette tuvo que tratar sobre los diversos aspectos de todos estos asuntos y está en condiciones para actuar con pleno conocimiento de la situación y poner en marcha la implementación de las recomendaciones del secretario general. Además, es importante destacar que ella está más capacitada que nadie para ayudar al secretario general a superar la resistencia burocrática que se puede prever ante los drásticos cambios recomendados en este informe.

La Cumbre del Milenio se inauguró en la sede de Naciones Unidas el día 6 de septiembre. Los jefes de Estado o de Gobierno de todo el mundo cuentan con el llamado Informe del Milenio titulado Nosotros los pueblos, que fue preparado por el secretario general para esta ocasión. En este valioso texto, Kofi Annan hace un llamamiento a los líderes de los países del mundo para que cooperen entre ellos y con Naciones Unidas, con el fin de liberar a la humanidad de la miseria y del temor, es decir, erradicar la pobreza, la enfermedad y la ignorancia, y resolver los conflictos.

Nuestro grupo fue establecido dentro de este marco, y con este espíritu hemos cumplido nuestra tarea. De la misma forma, Kofi Annan se prepara para presentar nuestras conclusiones a la Cumbre del Milenio.

Durante la Cumbre del Milenio, el Consejo de Seguridad celebró una reunión de alto nivel en la que se examinaron las acciones que deberá tomar el Consejo en lo relacionado con las operaciones del mantenimiento de la paz, y particularmente en África. Por tanto, el Consejo de Seguridad también examinó nuestro informe. El Consejo evaluará las recomendaciones específicas que afecten directamente su acción y la necesidad de completar el proceso de la toma de decisiones. De esta forma, el secretario general debe presentar al Consejo un informe detallado y él a su vez (el secretario general) recibirá mandatos claros, creíbles y viables. Así, se podrá desarrollar una mejor cooperación entre el Consejo y los países que proporcionan tropas.

Por tanto, los mandatos a los que tenga que llegar el Consejo de Seguridad contarían con los recursos necesarios para cumplir con los objetivos establecidos. Tenemos la esperanza de que los miembros del Consejo de Seguridad, y especialmente los miembros permanentes, estén a la altura de las expectativas de la comunidad internacional para que ésta mantenga la fe en Naciones Unidas.

Lajdar Brahimi es embajador y presidente del Grupo de las Operaciones de Paz de Naciones Unidas.

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