La sanidad en la encrucijada

El enfoque global del artículo de José Martínez Olmos publicado en EL PAÍS Andalucía (31 de agosto de 2000) nos parece que peca de una grave contradicción. El mismo autor reconoce y argumenta los enormes logros del sistema sanitario público español conseguidos con una inversión económica ajustada que lo sitúan como uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, afirmación en la que estamos plenamente de acuerdo. Ello es la principal demostración de lo erróneo y alejado de la realidad del título del artículo La Sanidad, en la encrucijada. Por lo demás, J. Martínez apunta una larga lista de problemas sin priorizar ninguno ni apuntar soluciones concretas por lo que pensamos que su artículo apunta mas confusión que otra cosa.Un sistema sanitario que atiende al 100 % de la población con los niveles de calidad actuales es lógico que tenga defectos y estos, deben solucionarse. Y todos -desde el ciudadano de a pie hasta el presidente del Gobierno pasando por administradores y profesionales sanitarios- somos responsables de su funcionamiento, aunque evidentemente el nivel de responsabilidad es distinto de unos a otros. Nosotros pensamos que el sistema sanitario español mejoraría notablemente (lo cual es perfectamente trasladable a Andalucía) si se impulsaran enérgicamente los siguientes aspectos:

1. Dotación de infraestructura tecnológica y humana a las instituciones según necesidades objetivas. En ocasiones se ha primado en exceso los centros de los grandes núcleos urbanos en detrimento de zonas periféricas pero dependientes sanitariamente de aquellos.

2. Incentivos profesionales diseñados con criterios técnicos, objetivos y uniformes para los trabajadores sanitarios, tanto los correspondientes a la carrera profesional como económicos. Como en todos los colectivos humanos, no todos los profesionales sanitarios son iguales y aquellos que estén dispuestos a trabajar mas o sean capaces de trabajar mejor deben poder tener la opción de ganar mas dinero.

3. Mecanismos de control efectivos y operativos que garanticen el óptimo funcionamiento de las instituciones. En muchas ocasiones, problemas concretos no son debidos a defectos del sistema sanitario ni por culpa del consejero de turno sino que entran de lleno en el ámbito de acción del gerente de un hospital o de un jefe de servicio. Estamos convencidos de que muchos conflictos de listas de espera y de la reiteradamente nombrada desmotivación profesional por ejemplo, mejorarían apreciablemente si se trabajara con seriedad en lo señalado previamente.

Estamos de acuerdo en que se mejore lo que proceda en el nuevo sistema de financiación sanitaria. Pero también en que no se sigan cometiendo lo que a nosotros nos parecen errores en la gestión del dinero público como son determinados conciertos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) con entidades privadas, muchos de ellos de difícil justificación.

Los problemas de nuestro magnífico sistema sanitario son identificables y también las soluciones a estos problemas. Por tanto, menos catastrofismo y trabajemos todos con seriedad para mejorar lo que ya es muy bueno. Y a los que les ha tocado esa función, con voluntad política y coherencia ideológica.- .