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Almería exige que el Gobierno aumente el agua que le adjudica el Plan Hidrológico

Sólo el PP está conforme con los 90 hectómetros cúbicos que la provincia recibirá del Ebro

Almería, la provincia situada en la cola del futuro trasvase desde el río Ebro, tampoco está de acuerdo con el Plan Hidrológico Nacional y sus previsiones de transferencia hacia el litoral mediterráneo. Los 90 hectómetros cúbicos del plan son, según todas las fuerzas políticas y sociales agrupadas en la Mesa de Infraestructuras, insuficientes. Sólo discreparon los representantes del PP. El presidente de la mesa, Francisco Martínez-Cosentino, habló de duplicarlos, pero al final se decidió no pedir una cantidad concreta de agua para no romper la unidad de la agrupación.

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El mayor crecimiento

En contra de la opinión del PP, el resto de las fuerzas políticas afirma que con los 90 hectómetros cúbicos del anteproyecto no se cubriría ni la mitad del déficit de agua que padece la provincia, la que más ha crecido en España en los últimos años. Según ellos, esto es así porque los datos manejados en el plan hidrológico son anticuados. Se basan en cifras de 1992. Desde entonces, el espectacular crecimiento del regadío de plásticos almeriense ha dejado atrás las previsiones para el año 2002. Un reciente estudio sobre el sistema productivo almeriense y los condicionamientos hidrológicos dirigido por el catedrático de Economía Aplicada de Sevilla Francisco J. Ferraro, sostiene que para el año 2002 Almería tendrá un déficit de 173 hectómetros cúbicos de agua, y eso en la hipótesis optimista de que estén terminadas un conjunto de obras, como la desaladora de Carboneras y un trasvase de 50 hectómetros cúbicos desde el río Negratín (cuenca de Guadalquivir) al embalse de Cuevas de Almanzora, que en estos momentos está vacío.

La mesa almeriense quiere erradicar cualquier referencia a una guerra del agua con sus vecinos de Murcia, pero apela a las comparaciones para demostrar que el plan hidrológico inflige a su provincia un agravio comparativo. Según la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, la productividad de la agricultura en Murcia y Almería es la misma (alrededor de 242.000 millones de pesetas anuales), pero en cambio el Plan Hidrológico Nacional adjudica a la región murciana 430 hectómetros de agua trasvasada del Ebro, mientras que a Almería sólo le corresponden 90.

El presidente de la cámara de comercio recuerda que Almería, salvo 15 hectómetros anuales que recibe del trasvase Tajo-Segura, es la única provincia española que no recibe agua de fuera. "No somos como Aragón, que recibe agua de Cantabria o Navarra. La recibimos directamente del cielo o de los acuíferos".

Desde que se descubrió la rentabilidad del agua subterránea en esta región desértica, Almería ha pasado de ocupar el último puesto nacional en renta per cápita a encabezar la lista de mayor crecimiento de España. De los 128.000 millones de pesetas de superávit de la balanza comercial de Andalucía en 1998, Almería aportó 125.000 millones. De ser una provincia de emigrantes, ahora acoge al menos a 30.000 inmigrantes, una mano de obra necesaria para mantener los cultivos de invernadero durante 11 meses al año que se riegan por mecanismos informáticos activados desde un teléfono móvil.Hasta ahora el agua procede mayoritariamente de acuíferos fósiles sin posibilidad de recarga dado el régimen de lluvias predesértico de la zona. Andrés M. García Lorca, profesor titular de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Almería, dice que el problema no está en el precio del agua. Van a pagar a 60 pesetas el metro cúbico el agua procedente de la desaladora de Carboneras. Pero eso no importa, porque todo lo que se produce, se vende.

Para el biólogo Martín Soler Márquez, secretario provincial del PSOE, todavía hay un margen de crecimiento de regadíos en la zona de Níjar, pero antes es necesario hacer un plan de ordenamiento territorial. Es preciso saber qué espacios son para el turismo, cuáles se preservan y dónde está el límite de los cultivos que se desarrollan bajo plásticos.

Sobre el impacto medioambiental de la sobreexplotación de los acuíferos, Martín Soler sentencia que "el peor problema ambiental es la miseria y el hambre. Y tener que emigrar. Y de eso Almería sabe mucho porque ha sufrido mucho". Un sufrimiento que ya es historia pasada. Cada hectárea de terreno desértico se cotiza hoy entre 30 y 40 millones de pesetas, de ahí que haya más de 30.000 hectáreas de regadíos "no reconocidos" oficialmente, según los expertos, sin que nadie haya sido capaz de ponerles freno.

El presidente del PP y de la Diputación de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, matiza la postura de su partido de apoyo al PHN. Aunque se resigna a admitir las cifras del trasvase propuestas por el Gobierno de Madrid, dice que "toda el agua que venga será poca".

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