"Gesto por la Paz no va a entrar en el terreno que corresponde a los partidos"
Pedro Luis Arias (Barakaldo, 1959), miembro de la comisión permanente de la coordinadora pacifista Gesto por la Paz de Euskal Herria desde 1995, cree que la movilización ciudadana silenciosa y sin reflejar las divisiones políticas, que su organización promueve desde hace 14 años contra el terrorismo, se debe mantener. "La defensa de los derechos humanos básicos, como es la vida, debe ser compartida por toda la ciudadanía con independencia de sus adscripciones políticas", argumenta.Pregunta. ¿El silencio sigue siendo válido para mostrar el rechazo al terrorismo?
Respuesta. Nosotros seguimos creyendo que las concentraciones silenciosas son la mejor manera, y entendemos que la realidad esta demostrando que cuando se opta, libremente y legitimamente, por otro tipo de expresiones desaparece algo que es muy importante: la defensa de los derechos humanos básicos, como es la vida, debe ser comparatida por toda la ciudadanía con independencia de sus adscripciones políticas. Cuando a esta reivindicación se añaden, por ejemplo, gritos antinacionalistas, o antiespañolistas o anti lo que sea, pues, lógicamente, sólo una parte de la ciudadanía se puede identificar con esa manifestación.
P. ¿No cree que quedarse callado tras una pancarta puede interpretarse como una una respuesta tibia?
R. Es una apreciación que no compartimos. Yo no creo que desgañitarse gritando tras una pancarta haga que el compromiso por la paz de esa persona sea más fuerte. Más significativo me parece que haya gente que pueda decir que lleva 14 años tras una pancarta en silencio, frente a quien llegó ayer. Lo que da valor a la movilización ciudadana es el porcentaje de la ciudadanía que se moviliza, estar juntos en la defensa de lo fundamental, el que lo hagamos siempre que sea necesario.
P. ¿Cómo analizan en Gesto el traslado de la polarización política a las movilizaciones?
R. Nos preocupa el nivel de crispación que existe en el ámbito político porque creemos que el ámbito social no es inmune a esas tensiones. Pero tampoco somos alarmistas. No creemos que la crispación política pueda fácilmente trasladarse a la sociedad, y en la medida en que esa crispación continúe pueda traducirse en enfrentamientos importantes. Puntualmente, puede haber un incidente pero no creemos que nuestra sociedad tenga esos riesgos.
P. ¿Por qué?
R. Una de las grandes diferencias del conflicto vasco respecto a otros, como el del norte de Irlanda, es que las distintas opciones políticas atraviesan familias y todavía cuadrillas de amigos. La realidad social tiene unos mecanismos que hacen que no sea tan fácil que la crispación política se traslade a la calle. Esto no quiere decir, insisto, que los enfrentamientos, rifirrafes, e incluso insultos no estén haciendo daño a la sociedad.
P. ¿No ve un riesgo de fractura social?
R. No creo que sea absolutamente imposible, pero digo que en la medidas en que muchas veces dos hermanos están situados en lugares diferentes pero siguen cenando juntos en casa de la ama el día de Navidad, me parece que esta sociedad tiene mecanismos que hacen que sea más dificil. Aquí existe una transversalidad en el problema, que hace más dificil esa grave fractura social.
P. En ocasiones los incidentes puntuales han sido muy elocuentes. En la manifestación de Vitoria tras el asesinato del parlamentario Fernando Buesa, Gesto por la Paz se tuvo que situar en medio de dos grupos.
R. Precisamente, una de las razones que avala esta visión no tan pesimista que lanzamos desde Gesto por la Paz es que eso no se ha vuelto a repetir. La manifestación de Buesa fue un ejemplo palmario de gravísimos errores. Por parte del PNV se convirtió en un acto de reafirmación nacionalista y defensa del lehendakari, y por parte de un sector de las bases del partido socialista y del PP se añadieron a la repulsa del asesinato críticas al nacionalismo o a ETB. Yo creo que se ha aprendido, quizá no todo, con situaciones como la pancarta compartida por el lehendakari y Aznar tras el asesinato de [el edil del PP] Jesús Mari Pedrosa.
P. ¿El sitio de Gesto esta ahí, en medio de los dos polos enfrentados?
R. Nosotros no queremos estar en medio. No tenemos la pretensión de intentar generar un tercer espacio equidistante. Lo que pretendemos es reivindicar dos tipo de trabajo. Uno marcadamente político, en el que quien se siente nacionalista vasco va a defender unos determinados proyectos y quien se siente constitucionalista y estatutista, otros. Y hay otras reivindicaciones que son anteriores, básicas, más fundamentales, como el derecho a la vida, a las libertades, a poder ir por la vida sin escolta. Seguimos reivindicando que éstas sean compartidas por toda la ciudadanía y resultan más efectivas cuando todos somos capaces de estar juntos en esas reivindicaciones. Hay muchos pueblos en los que sigue siendo así, con gente del PNV, del PP o sin una identificación clara con un partido tras la misma pancarta. Y, luego, hay tres espacios en San Sebastián, Vitoria y Bilbao donde se genera una diferenciación de convocatorias.
P. ¿Y no se plantean otras formas de movilización?
R. En el trabajo para acabar con el conflicto violento la movilización ciudadana no es el único elemento. Las reflexiones anteriores tienen que ver fundamentalmente con una sociedad que ha conseguido movilizarse en un porcentaje significativo. Por supuesto que hay que ir más alla, y Gesto por la Paz no nos hemos limitado a la movilización social. Hemos elegido los campos más coherentes con su definición como movimiento social, con contribuciones con las víctimas, en la educación o con campañas sobre derechos humanos. Otras actividades se escapan de nuestro ámbito de actividades, nosotros no vamos a entrar en el terreno que corresponde a los partidos políticos. Desde nuestra fundación hemos pretendido ser una asociación plural, en la que hay gente que piensa que el Estauto es suficiente y gente que piensa que se ha quedado corto. Quien quiera desde Gesto por la Paz defender proyectos de caracter político, soluciones técnicas, debe cambiar de militancia u optar por la doble militancia. Nuestro campo no es dar recetas políticas. . Es bueno que gente con diagnósticos diferentes seamos capaces de estar juntos en determinados lugares.
P. ¿Cúal es el futuro de sus movilizaciones?
R. Hemos validado nuestro esquema del pasado. Y después hemos priorizado el trabajo en el tema educativo y en la violencia que hemos llamado de persecución, dirigida a las bases de determinados partidos políticos. No vamos a acabar con ella, pero va a estar plagada de gestos de solidaridad que hagan que estas personas se sientan acompañadas. Si descubrirmos que Gesto por la Paz puede hacer alguna aportación más, la haremos, pero sin renunciar a ser un movimiento social.
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