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Gore actuará contra la violencia dirigida a menores en la industria del ocio

En una operación diseñada milimétricamente para coincidir con la publicación de un informe gubernamental, Al Gore y Hillary Clinton centraron ayer sus jornadas electorales en criticar el exceso de violencia en películas, series de televisión, discos y videojuegos destinados a niños y adolescentes. Gore prometió que, de ser elegido, dará un plazo de seis meses a Hollywood y a la industria de juegos de ordenador para que cesen de promover productos violentos entre los menores. Actuaría desde la Casa Blanca si no obtiene respuesta.

Gore, que proseguía en Chicago su carrera hacia la Casa Blanca, y Hillary, que reactivaba en Nueva York su campaña para un escaño en el Senado, se aprovecharon de la ventaja de estar al corriente de los asuntos gubernamentales. Los dos candidatos apadrinados por Bill Clinton dedicaron sus intervenciones a la violencia en la industria del ocio en el momento preciso en que se hacía público el informe sobre el tema de la Comisión Federal de Comercio (FTD). Ese informe fue ordenado por Clinton el pasado año, tras la matanza en el instituto Columbine, en los suburbios de Denver (Colorado).La industria estadounidense del ocio, según el informe, "promociona entre los niños de modo continuo y agresivo películas, canciones y juegos electrónicos violentos". Haciendo caso omiso de sus propios criterios de clasificación, que adelantan los contenidos violentos o sexuales de los productos y recomiendan edades mínimas, la industria se gasta miles de millones de dólares en publicidad para niños y adolescentes. En la práctica, las salas de cine y las tiendas no ponen la menor pega a que los menores los consuman.

Teniendo ya asegurado el voto de los sectores más liberales, Gore se puso ayer la chaqueta de defensor de los llamados "valores familiares" y metió el dedo en la llaga de este asunto, que preocupa extraordinariamente a los padres. "Como si no fuera ya bastante difícil educar hoy a los niños, la industria del ocio lo hace más difícil", dijo el vicepresidente y candidato demócrata en Chicago, donde iba a participar en el popular programa de televisión de Oprah Winfrey.

Gore se alineó con su candidato a la vicepresidencia, Joseph Lieberman, que ha hecho de la lucha contra el sexo y la violencia en el cine toda una cruzada personal. Recordó una tradición familiar: su esposa Tipper se hizo célebre en los años ochenta por promover una campaña contra los contenidos "obscenos y brutales" de muchas canciones destinadas a adolescentes. Gore prometió que, de ganar el 7 de noviembre, él y Lieberman darán un plazo de seis meses a la industria para que deje de hacer publicidad entre los menores de ese tipo de productos.

Si la industria no toma medidas, Gore y Lieberman le declararían una guerra casi semejante a la desencadenada por el actual Gobierno demócrata contra las tabacaleras. Impulsarían desde la Casa Blanca todo tipo de iniciativas administrativas y legislativas para prohibir la publicidad de materiales violentos entre niños y adolescentes.

Hillary Clinton anunció, en un acto electoral en Nueva York, que se sumará a esa guerra desde el Senado. Lo hizo flanqueada por su esposo, que está teniendo un activo papel como su principal consejero electoral y recaudador de fondos. Bill Clinton subrayó que "todos los estudios" confirman que el consumo de este tipo de productos "trivializa" la violencia entre los niños y les hace más proclives a "reacciones desmesuradas". "Esto es un escándalo", añadió Hillary. "Una cosa es la libertad de expresión y otra que la industria puentee a los padres y promocione directamente esos productos entre los niños".

Hollywood no se calló. Como ya hizo el pasado año en plena conmoción por la matanza del instituto Columbine, la Motion Picture Association of America (MPAA) negó que sus productos alienten la delincuencia juvenil. "Si las películas estuvieran provocando una decadencia moral, la delincuencia estaría subiendo en este país, y, sin embargo, no para de bajar", declaró Jack Valentin, presidente de la MPAA.

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