Muere un integrante de la cuadrilla que intentaba apagar el incendio de Ávila
Manuel Villoria, de 50 años, vecino de la localidad abulense de Lanzahita, murió ayer por inhalación de humo mientras trabajaba para sofocar los incendios que amenazaban varios pueblos del sur de Ávila. La Guardia Civil detuvo en un control de carretera a P. M. G., presunto pirómano reincidente y supuesto autor del principal incendio, el de Pedro Bernardo, que ha arrasado 1.700 hectáreas de pinar, y de otro en Navahondilla. Un centenar de personas fueron evacuadas de Pedro Bernardo, que estaba rodeado de llamas. En el valle de Laciana, en León, ardieron ayer 1.000 hectáreas en una zona de alto valor ecológico.
El incendio declarado en Pedro Bernardo (1.300 habitantes) comenzó el pasado viernes por la noche. El pasado sábado había quedado sofocado, aunque ayer se reavivó debido a una tormenta seca. A última hora de ayer, el incendio mantenía tres frentes activos y estaba previsto que los equipos de extinción trabajaran durante toda la noche para intentar controlarlo. A uno de los equipos del Gobierno regional pertenecía el fallecido Manuel Villoria.Seguía activo también otro incendio en las proximidades de Navahondilla. La Guardia Civil detuvo ayer, como presunto autor de estos siniestros, a P. M. G., de 38 años y vecino de Cebreros (Ávila). Al parecer, P. M. G. ya había sido detenido y encarcelado por otro incendio provocado en la localidad donde reside, añadieron fuentes de la Consejería de Medio Ambiente. Miembros de la investigación afirmaron que el presunto pirómano confesó su delito.
La detención se produjo tras la identificación del supuesto responsable de los hechos en un control de agentes de la Guardia Civil en la carretera C-501, que une la sierra de Gredos con Madrid, y que tuvo que ser cortada porque las llamas llegaron a cruzarla.
El fuego hizo necesaria la evacuación de un centenar de personas, en su mayoría ancianos, en Pedro Bernardo, donde la mayoría de los vecinos que no participa en la extinción del incendio permaneció en las calles con mascarillas, pero sin querer alejarse de sus casas. "Si nos vamos, nuestras viviendas peligran". En 1986 ya hubo en el pueblo un incendio que arrasó 8.000 hectáreas y en el que murió un concejal que participaba en la extinción. Tampoco los 140 vecinos de Navahondilla quisieron marcharse de sus viviendas cuando iban a ser evacuados, por lo que recibieron máscaras contra el humo.
Para participar en las labores de extinción se han dispuesto más de 20 medios aéreos de cuatro comunidades autónomas (Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha y Andalucía), aunque el viento dificulta la posibilidad de que participen en los trabajos. Medio Ambiente informó de que hay preparados seis hidroaviones, cinco helicópteros, dos aviones y tres brigadas helitransportadas.
Por otra parte, un incendio forestal que se inició el pasado miércoles junto a unas vías del ferrocarril de la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada, en el límite de los municipios de Rabanal y Villager (norte de León), devastó más de 1.000 hectáreas "de un terreno montañoso de primera calidad para osos, urogallos y otras especies en vías de extinción", según lamentó Guillermo Palomero, Presidente de la Fundación Oso Pardo. En las áreas afectadas se sigue desde hace años el rastro a las últimas parejas españolas de oso pardo (80 especímenes en todo el país). El incendio ha destruido dos zonas de refugio del plantígrado, con oseras de hibernación y tres cantaderas de urogallos, con abedules y robledales antiguos, esenciales para la alimentación de esta especie. Ayer continuaban varios frentes de fuego en los municipios de Caboalles, Villager y Tejedo del Sil, donde el terreno rocoso dificultaba las tareas de extinción.
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