_
_
_
_
Reportaje:EXCURSIONES - POR LA RUTA DE LAS CAÑAS

La berrea de los ciervos

En las noches y amaneceres de septiembre y octubre, la berrea de los ciervos en celo se oye por todos los rincones del bosque. Estas llamadas de amor, que apenas ocurren a 70 kilómetros de Sevilla, seducen a los niños que, al atardecer, salen del pueblo para otear desde los cerros más próximos las manadas de cérvidos y observar su comportamiento.Es este espectáculo único un reclamo para los excursionistas que visitan la zona. El Parque Natural de la Sierra Norte y las dehesas de El Pedroso están ahí, a menos de una hora de la capital andaluza. Y aunque el paisaje es frondoso, pues abundan en él las encinas, los robles, los alcornoques, las jaras..., la sequía del estío y la falta de lluvias en esta época del año, dejan a las tierras inertes. Aun así, para el visitante, esta experiencia merecerá la pena.

El recorrido por La ruta de las Cañas (llamada de este modo por el arroyo del mismo nombre, junto al cual discurre parte del sendero) es una propuesta de excursión que el ayuntamiento de este pueblo serrano hace a los visitantes que llegan, para que cualquiera -puede hacerse en familia- conozca directamente y "con sus propios ojos", apunta Rocío Sánchez de la Sociedad de Desarrollo Local, la riqueza paisajística, así como la flora y la fauna de los alrededores del pueblo.

La dificultad que entraña para los caminantes es prácticamente nula; los desniveles que hay que salvar son muy suaves. El lugar de comienzo de la marcha está perfectamente indicado a las afueras del pueblo y su conclusión, unas tres horas y media después, y tras salvar una distancia de algo más de 10 kilómetros, se hace junto a la ermita de la Virgen de El Espino; una iglesia mudéjar de tipo serrano que hay que visitar.

Adentrarse en el campo es descubrir otros mundos. Pero hay que saber mirar, dicen los que están más familiarizados con él. El viaje por La ruta de las Cañas permitirá a los excursionistas tomar contacto con antiguas cabañas de pastores que dan fe de cómo se vivía en otra época, no tan lejana; con huertas abandonadas en las que los restos de una noria oxidada, con reminiscencias árabes, invitan a pensar que no hace mucho tiempo se cultivaban allí todo tipo de hortalizas; con presencia caprichosa de rocas graníticas, que los habitantes del lugar llaman porrilas; con vestigios de antiguas canteras y piedras singulares como la de Juan Rales, de especial significado para los lugareños.

Las vacas pastando, los alcornocales, los olmos en las riberas, los pinos y, en otoño (si llueve) la seta de chopo (agrocybe) o la más que apreciada y popular denominada paisanos (boletus) son riquezas a apreciar. También el matorral, muy variado, y las plantas aromáticas como el tomillo, la menta, el poleo o el romero... seducirán al caminante.

Mención aparte merece la fauna cinegética, que mueve importantes recursos en el pueblo. Además del jabalí, no debe olvidarse al conejo, la perdiz, el zorro e, incluso, el lobo, aunque éste esté en claro retroceso. Asimismo encuentran refugio en este bosque mediterráneo el lince ibérico, la nutria, el gato montes, varias familias de águilas, buitres y buhos, el cárabo, la lechuza, el alimoche...

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Pero en El Pedroso hay monumentos que deben visitarse. La iglesia de La Consolación es uno de ellos; de estilo gótico-mudéjar, conserva un retablo de Martínez Montañés. También la Cartuja, el Hospicio y la Cruz del Humilladero, que data de 1540, tallada en una sola pieza.

No puede obviarse, si se visita El Pedroso, su gastronomía. Entre sus platos sobresalen los guisos de caza, los derivados de cerdo, y las migas que los pedroseños preparan y degustan, muy especialmente, en esos días invernales de lluvia, cuando los fríos aprietan. Y, de postre, dicen, cualquier dulce casero elaborado con miel de la tierra.

La historia de El Pedroso es antigua; su origen se remonta al de las mismas piedras que le han dado el nombre. Hoy, sin embargo, sus 2.493 habitantes se afanan para no descolgarse de la modernidad; su último logro ha sido poner su vida y leyenda en Internet.

Para mirarse en la sierra

- Cómo llegar. Desde Sevilla, en dirección a La Rinconada, pasando por Alcalá del Río, Villaverde y Cantillana. Aquí se toma la A-432 que conduce a la sierra. El Pedroso es el primer pueblo que se encuentra el vajero en esa dirección. - Cuándo. Si quieren observarse los ciervos en celo, ahora es el momento; pero si no, el invierno y, sobre todo la primavera, son las mejores épocas del año para adentrarse por estos parajes de la Sierra Norte.

- Alrededores. Desde los Cerros de la Lima y San Cristóbal pueden contemplarse impresionantes paisajes, tanto de la sierra, como de la campiña sevillana. Pero hay otros lugares y pueblos como Cazalla, Constantina, Alanís o Guadalcanal, en un radio de 30 kilómetros, que merecen visitarse.

- Más información. En la oficina de turismo (tlfno. 954 488 96 85); en la Sociedad de Desarrollo Local (telf. 954 88 93 01 / 94 01; o en Internet:http:// www.dipusevilla.es/ayun/pedroso/general.htm

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_