Problemas de formas

El miércoles pasado, un día antes de que comenzara el III Congreso Internacional de Protocolo que se celebra en Valencia, quedaba pendiente un importante detalle por ultimar. Se trataba, precisamente, de un problema de formas: determinar el orden que deberían ocupar las autoridades que acudieron ayer a inaugurar el acto. Y, dada la acumulación de cargos políticos, las negociaciones no fueron fáciles. "No nos poníamos de acuerdo" recordaba Carlos Fuente, jefe de protocolo de los premios Príncipe de Asturias y director general del congreso.El cruce entre autoridades designadas y elegidas por un lado, y estatales, autonómicas y municipales por otro, además del interés que despertaron sus colaboradores en situarlos en los principales lugares obligó a la organización a extremar sus dotes protocolarias. Finalmente se optó por la normativa estatal, que situó en primer lugar a la presidenta de las Cortes, Marcela Miró, seguida de la delegada del Gobierno, Carmen Mas, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y por detrás de todas, al vicepresidente primero del Consell, José Luis Olivas. De haberse seguido la reglamentación autonómica, hubiera sido Olivas el que ocupara el segundo lugar, e incluso, como representante del presidente del Consell, podría haber solicitado el primer lugar.

Esta anécdota ilustra el enfrentamiento existente entre normativa estatal y autonómica, uno de los aspectos tratados en la sesión de ayer. Las leyes que están elaborando las comunidades chocan contra el decreto estatal de 1983, creando continuos problemas. Un decreto de la Generalitat que entró en vigor a principios de año permite que el presidente esté a la cabeza de todos los actos a los que acuda en la Comunidad, mientras la regla estatal dicta que preside el acto quien lo organiza -"otra cosa es que ceda su lugar, como suele ocurrir", apunta Fuente-. El texto valenciano incluso relega a los alcaldes por detrás de los consejeros.

Otro decreto similar, del Gobierno canario, fue recurrido por la universidad isleña de La Laguna, una medida que logró el amparo del tribunal superior de justicia canario. La institución educativa reaccionó de esta forma al ver vulnerada la autonomía universitaria. Este hecho, que remite al enfrentamiento protagonizado por el presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, y el rector de Alicante, Andrés Pedreño, al desear el primero presidir la apertura del curso universitario hace cuatro años, es uno más de los conflictos que se crea por la instrumentalización del protocolo.

La jornada de ayer abordó la necesidad de establecer unas reglas claras que eviten este tipo de problemas. Pero no se limitó a este aspecto. Otra de las cuestiones a las que se refirió Fuente -que también ocupa la presidencia de la escuela internacional de protocolo- fue la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos. Mientras, en la cafetería, los expertos se referían a aspectos más prosaicos. Recordaban el feo de José María Aznar al desprenderse de la chaqueta durante la cumbre Iberoamericana celebrada en La Habana, mientras a su lado el rey aguantaba el asfixiante calor de la ciudad vieja, o la incomprensible afición al saludo militar del presidente del Gobierno, un gesto reservado a miembros del Ejército.