El Plan Hidrológico Nacional desaconseja el trasvase Júcar-Vinalopó por su coste económico

El Plan Hidrológico Nacional (PHN), en su propuesta al Consejo Nacional del Agua, desaconseja por su coste económico y de explotación el trasvase Júcar-Vinalopó, un canal a punto de construirse que costará 33.000 millones de pesetas. Frente a esta conducción, el PHN evalúa como óptima otra opción, descartada en este proyecto, para conectar ambos ríos. Se trata del trasvase entre el embalse de Tous y Villena, uno de los tramos previstos en el futuro trasvase desde el Ebro. La oposición y los ecologistas exigen la paralización de la obra ya que supondría duplicar las conexiones.

Interés de las constructoras

Entre los trazados de todos los trasvases previstos en el PHN, figuran el tramo La Muela-Villena, un canal que se solapa exactamente con el trazado del trasvase Júcar-Vinalopó que está a punto de construirse, y el tramo Tous-Villena, descartado en su día por la Confederación Hidrográfica del Júcar por su mayor coste de explotación. Sin embargo, el PHN califica ahora este último trazado de óptimo a la hora de conducir el agua del Ebro, porque sólo supondría un coste de operación de 10 pesetas por metro cúbico (aparte de las 50 que hay que sumar por el coste total del trasvase del Ebro), mientras que descarta la solución de Cortes, que eleva las cifras hasta las 16 pesetas. Por ello, este no figura entre las propuestas que se hacen al Consejo del Agua.No es la única crítica al trasvase Júcar-Vinalopó. A juicio de los ecologistas, así como de Esquerra Unida y del Grupo Socialista-Progresistas, construir ahora el trasvase Júcar-Vinalopó es tirar a la basura más de 30.000 millones de pesetas. Para enviar agua del Júcar al Vinalopó había dos grandes alternativas: desde Cortes o, aguas abajo, desde Tous. Para los críticos, la primera opción suponía un mayor impacto ambiental por atravesar una zona de alto valor ecológico como el macizo del Caroig. Por contra, desde Tous se surcaría un corredor orográfico ya ocupado por infraestrucuras de transportes.

El proyecto ya estuvo en fase de información pública (aún no se han contestado las alegciones) y, según los promotores, la sociedad estatal Aguas del Júcar, creada por el Ministerio del Medio Ambiente para construir infraestructuras en esta cuenca, ya sólo falta que el ministerio emita una declaración de impacto ambiental favorable a la obra.

Desde Aguas del Júcar, se insiste "en dejar bien claro que se trata de dos trasvases distintos". El del Vinalopó, "totalmente aprobado por el Plan Hidrológico del Júcar", enviará agua del Júcar para unas comarcas con un gran déficit, 80 hectómetros cúbicos con destino a las comarcas del Vinalopó, la Marina Baixa y L'Alacantí. Y el del Ebro, "sólo un proyecto incluido en el Plan Hidrológico Nacional", y aún no aprobado, está previsto para enviar un volumen mucho mayor, 700 hectómetros, a Alicante, Murcia y Almería. La empresa dice que las comarcas no podrían esperar los años que se demore el acueducto del Ebro para recibir agua del Júcar.

No obstante, para las voces críticas, con una de las dos infraestructuras, la segunda, bastaría para ambos envíos. "Acabarán haciendo dos trasvases paralelos, es un derroche de dinero, parece que tuvieran la máquina de fabricar billetes", ironiza Carlos Arribas desde Ecologistas en Acción, que cree que un canal serviría para los dos envíos porque "las moléculas de agua no tienen una etiqueta que diga de qué río viene".

Arribas asegura que siempre que se habló de un envío desde el Ebro al arco mediterráneo se contemplaba al embalse de Tous como un depósito de regulación del trasvase. A su juicio, para conectar el Júcar y el Vinalopó hubiera sido lógico partir de Tous. Sin embargo, si se construye el Júcar-Vinalopó como está diseñado, la obra no serviría despues para el trasvase del Ebro, ya que su agua no podría llegar hasta el embalse de Cortes. "Están a tiempo de dar marcha atrás y replantearse el trasvase Júcar-Vinalopó, el ministerio sólo tiene que emitir una declaración de impacto negativa" explica Arribas, "a no ser que el objetivo sea gastarse los millones y llenar los montes de cemento, ya que parece que el Plan Hidrológico Nacional va encaminado a favorecer los intereses de las constructoras".Del mismo modo opina Víctor Navarro, de Acció Ecologista-Agró, organización que también se opone a los trasvases. Navarro también apunta que el PHN es una trampa del ministerio, "que aseguró antes de verano que no iba a plantear trasvases y ahora filtra una lista de infraestructuras". Exige paralizar el trasvase al Vinalopó, y apuesta por un plan que racionalice la gestión del agua para evitar pérdidas en las conducciones (las cifra en un 20%) y en los sistemas de riego.

Desde el Grupo Socialista-Progresistas en las Cortes Valencianas, Joan Francesc Peris afirma que "no se puede hablar de un plan hidrológico sin tener en cuenta criterios de sostenibilidad". Y a su juicio este concepto implica la gestión del agua pero también la viabilidad de las infraestructuras. "Y lo menos sostenible es duplicar los trasvases", asegura Peris, para el que el trasvase Júcar-Vinalopó desde Cortes es una "barbaridad ambiental".

Joan Antoni Oltra, portavoz adjunto del grupo de Esquerra Unida recordó ayer que su grupo ya presentó una alegación en contra del trasvase al Vinalopó por su grave impacto ambiental. Lo considera incompatible con el del Ebro y cuestiona el PHN por su "apuesta descarada por los trasvases".