La comisión de disciplina aún no ha logrado oír a Goiriena y Barranquero
El Rectorado intervino las cuentas de Estomatología en marzo
Cinco meses de intervención
La auditoría realizada por el servicio de control interno es una parte de la investigación que la UPV emprendió sobre la gestión de Goiriena y barranquero. De resolver sobre las supuestas irregularidades académicas se encarga la comisión de disciplina. Ésta abrió el pasado 30 de mayo sendos expedientes al decano y a la directora del departamento de Estomatología.El instructor de la investigación disciplinaria ha convocado a ambos en varias ocasiones para tomarles declaración, pero por ahora no lo ha conseguido en ninguno de los casos. Ante la imposibilidad de dar con ellos, el instructor llegó a convocarles mediante el Boletín Oficial del país Vasco. Tanto Barranquero como Goiriena se encuentran de baja médica desde poco después de que el asunto saliera a la luz. El instructor tiene de plazo hasta el 30 de noviembre para presentar sus conclusiones. Fuentes universitarias precisaron que, no obstante, la investigación puede concluir sin haber oído las versiones de ambos.
El rector conocerá la auditoría de control interno probablemente mañana mismo, al reincorporarse a su despacho tras el verano, aunque la recibió la primera semana de agosto, aseguraron fuentes de la UPV. Sin embargo, aplazó su estudio hasta la vuelta de vacaciones. El rector tomará una decisión en función del contenido del informe de control interno. Si existiese materia que indicara responsabilidades de tipo penal, el asunto sería trasladado a los tribunales ordinarios.
Al ordenar la intervención de las cuentas hace cinco meses, el Rectorado subrayó que esta medida no prejuzgaba el carácter de las actuaciones adoptadas por Goiriena y Barranquero en sus cargos, sino que permitía llevar a cabo "una investigación rigurosa" de los ejercicios económicos de 1998 y 1999.La intervención de las cuentas del departamento de Estomatología de la UPV fue decidida por una comisión de seis vicerrectores, creada por Montero nada más acceder al cargo, tras analizar sendas auditorías de las cuentas de 1997, una interna y otra externa, que hallaron diversas irregularidades contables "de extrema gravedad" en ese ejercicio. Ambas fueron realizadas durante el mandato del predecesor del actual rector, Pello Salaburu.
Tanto los auditores del servicio de control interno como los de la firma Pricewaterhuse Coopers subrayaron en sus informes que "tuvieron dificultades" para acceder a toda la información" que requirieron a los entonces responsables del departamento y la clínica odontológica.
La auditoría interna sobre el ejercicio de 1997 llegaba a afirmar que el 29% del gasto de Estomatología era "aparentemente ficticio". De hecho, 41 de los 54 millones que figuraban en el presupuesto del departamento fueron gastados el 30 de diciembre de ese año. Otra de las irregularidades mencionadas era el cobro a alumnos de másters incompletos porque parte del profesorado era ficticio.
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